Cuando los socialistas ganaron las elecciones en 1982, Alfonso Guerra ya disfrutaba del respeto de los poderosos, que es el miedo. Manuel Vicent escribió al poco un perfil suyo en el que decía que era "un buen chico, con la mala leche de los flacos". Desde entonces hasta
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Que bonito se está quedando este país... para irse de él.
La sonrisita cuando se "sepilló" el Estatut ya le delató, solo le faltó ir a firmarle a Rajoy "contra los catalanes".
Me sorprende mucho lo que le jode a los fachas que les llamen lo que son, fachas.
Hay gente poderosa, que se conoce y odia pero no se matan.
En cambio utilizan la bandera y la patria para que gente joven y pobre que no se conocen y no se odian se maten.
Así dirimen los poderosos sus asuntos.