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El fascismo ya estuvo aquí (crítica de “Mientras dure la guerra”)

No pudo llegar en un momento más propicio a nuestras pantallas “Mientras dure la guerra”, para recordarnos que el fascismo ya estuvo aquí, como se gestó y comenzó a dar sus primeros pasos, dejando en el camino, literalmente, un reguero de muertos –muchos de ellos todavía enterrados en las cunetas-, y sumiendo al país en lo que el poeta ourensano Celso Emilio Ferreiro describió tan acertadamente en sus versos como “longa noite de pedra”.

| etiquetas: fascismo , guerra , cine
  1. Longa noite de pedra

    O teito é de pedra.
    De pedra son os muros
    i as tebras.
    De pedra o chan
    i as reixas.
    As portas,
    as cadeas,
    o aire,
    as fenestras,
    as olladas,
    son de pedra.
    Os corazós dos homes
    que ao lonxe espreitan,
    feitos están
    tamén
    de pedra.
    I eu, morrendo
    nesta longa noite
    de pedra.

    Celso Emilio Ferreiro
    (Longa noite de pedra, 1962)


    Larga noche de piedra

    El techo es de piedra.
    De piedra son los muros
    y las tinieblas.
    De piedra el suelo
    y las rejas.
    Las puertas,
    las cadenas,
    el aire.
    las ventanas,
    las miradas,
    son de piedra.
    Los corazones de los hombres
    que a lo lejos acechan,
    hechos están
    también
    de piedra.
    Y yo, muriendo
    en esta larga noche
    de piedra.
  2. 'Muy sensibilizado con el tema de la Memoria Histórica –solo dos días después de ver la película escucharía a Chato Galante: “Dicen que tratamos de reabrir heridas. No, señor: lo que queremos es curarlas”.'

    Dijo Luis Buñuel que uno tiene que empezar a perder la memoria, aunque sea poquito a poco, para darse cuenta de que es la memoria lo que construye nuestras vidas. La vida sin memorias simplemente no es vida.

    El fascismo no se ha muerto. Si alguna vez perdiéramos la memoria colectiva, -con semejante zombi pululando a nuestro lado- de qué nos serviría tener ojos, pupilas viendo sin ver, mirando sin mirar, escrutando sin escrutar... que no nos identificaran distintos a los que nos miran sin mirarnos. Tan muertos como ellos.
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menéame