Feminismo de clase y sororidad

No son pocas las veces que he visto pedir por parte de una obrera cuotas de igualdad en las altas esferas de empresas o en equipos directivos. No tantas pero habiéndome sorprendido el doble he visto a obreras pedir el acceso de más mujeres al IBEX35 argumentando que era inadmisible que todos fueran hombres. Esto y otras cosas denotan de forma evidente uno de los mayores problemas que vienen acuciando a nuestra sociedad desde el último cambio de era y es ni más ni menos la escasez de eso llamado conciencia de clase.

Un análisis liberal y posmoderno lleva a estas mujeres con toda la buena intención del mundo a defender unos intereses que objetivamente no son los suyos. La carestía de un análisis clasista desemboca a obviar por completo que una mujer obrera jamás llegará a pertenecer a un equipo directivo o a entrar al IBEX35, no por mujer sino por su pertenencia al proletariado.

Así mismo este fallo crítico conduce a creer realmente que a pesar de ser burguesas, esas mujeres en puestos de poder tendrán en mente el bienestar de sus "hermanas" de clase obrera y obrarán con bondad y justicia. Quisiera ver yo qué opinan de esto las mujeres de los mineros durante la legislatura de Thatcher en reino unido, o de aquellas mujeres que a pesar de tener una "jefa" en lugar de "jefe" ven sus derechos laborales y dignidad pisoteados de igual forma.

Los intereses de las mujeres burguesas además se oponen de forma frontal a los intereses del feminismo, es la propia burguesía la que tiene interés económico en mantener el patriarcado, la brecha salarial y un paro mayor para las mujeres, y le interesa ni más ni menos que para devaluar el valor de la mano de obra femenina y poder con ello explotar de forma más eficiente a sus trabajadoras. Y precisamente entre esa burguesía entran también las mujeres burguesas que anteayer se manifestaban por sus intereses y no por los de las mujeres trabajadoras.

Es más, las mujeres burguesas ni siquiera se encuentran en la misma posición de vulnerabilidad que las obreras a pesar de vivir en la misma sociedad, no sufren una dependencia económica que las impide alejarse de sus maridos en caso de abusos o violencia dado que tienen recursos para vivir por su cuenta, no están indefensas en la justicia puesto que a diferencia de las trabajadoras pueden costarse asesoramiento legal de calidad, no poseen la carga de la crianza de los hijos puesto que tienen recursos para que otras personas se encarguen de ello y si finalmente la ley de la gestación subrogada triunfa en España las mujeres burguesas tampoco tendrán siquiera que cargar con este aspecto de la maternidad a diferencia de las obreras que además tendrían que cargar el doble.

La burguesía no es aliada del proletariado en ningún aspecto de la vida, en ninguna lucha y en ningún frente. Nada es más importante que la lucha de clases porque sin lucha de clases no existe la más mínima esperanza de generar un cambio real y duradero.