La situación ya había llegado al límite entre varios vecinos y decidieron poner las cartas sobre la mesa en la siguiente junta de la comunidad. “Situación: pisos turísticos. Cuota. Acuerdos a adoptar”. Ese era el punto siete del orden del día de la reunión vecinal de un edificio histórico madrileño del siglo XIX en plena plaza de Cascorro. El debate que llegó después, y que se celebró el 9 de julio, dividió al vecindario. Estaba en juego algo importante: frenar la proliferación de estos apartamentos de paso en el edificio.
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De momento, lo que no hacen los políticos lo podemos conseguir las personas con la ley en la mano.
De momento.
Además de que mucha gente ha dejado de usar la plataforma por ideología y por qué la moda ya se ha "pasado" un poco.
Por otro lado, los pisos turísticos crean un problema de inseguridad terrible; el hecho de no conocer a tus vecinos de nada (porque cada cuatro días cambian) hace que no tengas a quien acudir si necesitas algo, si se te pierden las llaves, si te atracan y te quedas sin teléfono. El tejido humano del barrio, de cercanía, se rompe. Eso y vivir en la nada es lo mismo. Así que me alegro; que se abran nuevos hoteles que hacen menos daño y al menos dan trabajo; los pisos no.
Entre mis conocidos juraría que ese panorama es muchísimo más común que uno como el que me parece que se requiere para que "no poder conocer a tus vecinos" ocasione problemas e inseguridad de algún tipo en comparación.
Quizás si sea una apreciación mía, no lo descarto, pero a mi me gusta ver caras conocidas aunque no trate con ellas. Sólo por el hecho de vivir en un entorno estable aunque tenga sus pequeños cambios.
Lo de la cercanía con los vecinos será algo rural porque ni en Barcelona ni en Madrid lo he notado (ni mis conocidos), te quedas con el dolor de cabeza antes de pedirle una aspirina (o sal) al de enfrente, triste pero real.
Fuera coñas, supongo que es como cada uno prefiere vivir las ciudades. A mi me gusta mi barrio, dentro del centro, con historia y algo de carácter propio. El resto de mis vecinos más o menos está de acuerdo, por lo que hemos hablado alguna vez. Yo no me quedo sin sal, o sin un huevo, o sin un litro de leche para hacer un bizcocho que la mitad luego se comen las hijas de la vecina de abajo que es la que me guarda las llaves por si se me olvidan en el trabajo. Hoy se me han metido las crías en casa a jugar con los gatos, no podían aguantarse más.
Lo dicho, cada uno ve la vida en comunidad tal y como quiere verla, o construirla
Como dices, cada uno ve la vida a su modo, yo con la mayoría de vecinos (los que me han tocado), he preferido no interactuar mas allá de la cordialidad.
m.eldiario.es/madrid/convierte-turistas-dia-transforma-pesadilla_0_740
En mi rellano hay un airbnb, y la que montaron mis vecinos no era normal. Inventando directamente todas las molestias que sufrían. Desde el quinto los escuchaban, cuando yo que estoy pared con pared no me molestan.
Los Airbnb están muy criminalizados por las televisiones, y por ende los borregos y amargados montan en cólera cuando un vecino decide ganarse un dinero con este servicio.
En cualquier caso, mi terapia psicológica es cosa mía, ni siquiera necesito tu diagnóstico, tengo medios de sobra para pagármela. En democracia se acata lo que vota la mayoría, y en este caso es incontestable. Tus apreciaciones sobre mi nivel de amargor me comen los huevos por detrás.
En mis 2 casi 3 años "sufirendo" vivir junto a un airbnb cuento con los dedos de las manos los inquilinos que han dado el coñazo. Así que es imposible que en 2 meses, os haya tocado más de un viajero problemático.