Tras presentar su anterior película, Sorry We Missed You, Ken Loach (87 años) decía en estas mismas páginas que no sabía si tendría la oportunidad de dirigir otra vez. Por un lado estaba su avanzada edad y, por otro, la dificultad de encontrar financiación para contar unas historias que parecen, cada día que pasa, más apartadas de nuestra desoladora realidad. Pero sólo lo parecen. Se trata de una falsa impresión. Podría pensarse, equivocadamente, que Thatcher ha triunfado y que la solidaridad ha muerto.
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etiquetas: el viejo roble , ken loach
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Cc/ #6
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También es cierto que entre los buenos hubo de todo y se cometieron muchos crímenes. Tan cierto como que solo podremos descubrir y valorar todo esto adecuadamente si hay un ejercicio extenso de memoria histórica y se documenta todo de la manera adecuada.
La prueba de que en la guerra hubo buenos y malos es que los herederos de los malos no quieren que esa memoria se recupere, y los herederos de los buenos sí.
Corre, ve a ver barrio sesamo y que te expliquen como funciona el mundo.
De los que más hay, son aspirantes a hijoputa, de los que putean a los demás en un intento de parecerse a los más cabrones, pero luego se llevan palos cuando se cruzan con los hijoputas de verdad.
Y luego los más hijoputas se reconocen entre ellos y se retroalimentan. Algunos forman partidos políticos y todo.
"Cuarenta años de destrucción del Estado del bienestar y de bombardeo ideológico neoliberal han hecho posible que los trabajadores y las trabajadoras de todo el mundo voten en contra de sus propios intereses."
"...ahora se ocupa de esa capa desclasada y desorientada de la población, la de los trabajadores que simpatizan con los valores de la burguesía y llegan a convertirse (quién sabe si conscientemente y con placer) en su músculo represor."
Para mí, el mejor Loach es el de clase obrera británica contemporánea de narizota roja. La cuestión irlandesa también está bien, en segundo lugar.
Orwell a ratos llega a mostrarse más antisistema que los revolucionarios de verdad como Durruti. Finalmente, aquel sujeto nunca dejó de ser un inglés del ámbito laborista, antisoviético de la Guerra Fría, que finalmente fue enterrado por el rito anglicano.
Nunca fiarse de un trotskista. Jamás.
Hoy el sistema ha conseguido desclasarnos, no sabemos si somos trabajadores, clase media, o ricos aspiracionales. El sistema nos proporciona, si somos buenos, no nos desecha y nos acepta, juguetes, juegos, objetos, caprichos ¿Pero, cómo estamos, vivimos y nos sentimos?
Aislados sentimentalmente, agresividad contenida, soledad anímica aceptada, desunidos hasta de la familia, malestar físico y emocional, desconfiados, desanimados, muchos enemigos y pocos compañeros. Seguimos el juego haciendo lo que se espera de nosotros.
el trailer, que no le he visto por ahi