Los argumentos de la Oficina Antifraude: Que el informático tenía libre acceso a los datos de clientes del HSBC, lo que significa que no los robó; que esa lista fue incautada en su casa mediante un registro domiciliario ordenado por un juez francés, con lo cual tampoco hubo entrega voluntaria de datos; que fueron las autoridades francesas, y no Falciani, las que hicieron llegar a España la información relativa a presuntos defraudadores nacionales; y que Falciani hizo en cualquier caso lo que debía: denunciar la comisión de un presunto delito.
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Ahora falta que Hacienda cumpla con los Españoles y publique la lista. Ni protección de datos ni leches, visibilidad a los grandes defraudadores, que sufran escarnio público y que devuelvan hasta el último euro de lo defraudado. Basta de amnistías fiscales a los megamillonarios. Y, por supuesto, que dimita Montoro.
el gobierno y los bancoslos Soprano de él...