En España, en pleno 2017, es habitual entrar a algún bar o establecimiento donde exista un cartel que señale: “No se admite pago con tarjetas”. Otros, en cambio, ofrecen la opción de realizar este pago si se alcanza una cantidad mínima. Ambas opciones van a contracorriente de las costumbres de los consumidores, que cada vez hacen más uso del dinero de plástico y prescinden del efectivo.
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