En la mañana del 13 de octubre de 1984 Antonio Urquiza, un albañil de 40 años, salió como cada día de su casa en el municipio barcelonés de Sant Vicenç dels Horts (España) y en dirección hacia su trabajo en Vallirana, pero nunca regresó. A 32 años de su desaparición, un vecino de la localidad Cervelló, a unos 4 kilómetros, encontró el cadáver de Urquiza en su finca mientras limpiaba los arbustos.
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La investigación de la Guardia Civil no dio frutos. "Nos hicieron creer que se fue con otra; que tomó el dinero y se marchó, pero yo nunca me lo creí", sostuvo su esposa.
Lo asesinan el día que tenía que cobrar una pasta y la guardia civil pone trabas. ¿Soy la única a la que le huele mal? Como mínimo ya se podía interrogar al empresario que tenía que pagarle, que a priori parecía el más interesado en no tener que pagar esa suma
La Vanguardia da algunos detalles más (las negritas son mías):
Antonio Urquiza desapareció el día que tenía que cobrar un cheque de más de un millón de pesetas de su jefe. Tras trabajar más de quince años para la misma empresa sufrió un accidente laboral y descubrió que no estaba asegurado. Lo denunció y la justicia le dio la razón y obligó a la empresa a compensarle los años sin cobertura. El día que debían entregarle 1.300.000 pesetas desapareció.
Aede://www.lavanguardia.com/local/barcelona/20161006/41807623731/una-familia-halla-el-cadaver-de-su-padre-desaparecido-hace-32-anos.html
Le han dado el cheque y se lo han pelado.