Evidentemente, no. Todos sabemos a qué se refieren con esta pregunta, y hay que ser un estúpido para tragarse que tras la muerte personal, la conciencia puede sobrevivir sin cerebro, sin sangre y sin bocadillo de tortilla. Pero así son las cosas, la gente se ilusiona con lo más absurdo que existe: la inmortalidad. pensaréis que eso no quiere decir nada, que el alma puede estar por ahí revoloteando en un universo kármico, en el nirvana... Por pensar… Pues no. Hay un argumento irrebatible.
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etiquetas: vida , muerte , evidentemente , no
Habitualmente parece que da muchos votos de los gandules que no se leen las noticias donde deberían.
Con esto lo quitas "audiencia" al autor y no me parece correcto.
Si la gente no quiere leer es su problema, pero esto desvirtúa, en mi opinión, el fin de este sitio.
Estoy de acuerdo contigo. Me esperaba más....
Y si pasase que el Cielo cristiano fuese verídico, imaginad la que liaría el vikingo que llegase a las puertas de San Pedro, y le explicase que ni hidromiel, ni valkirias, ni banquete de los dioses. Que lo que hay es la Virgencita de Guadalupe. Hala, a coger la lira sin tener ni puta idea de música y a alabar al Señor. Pues el vikingo formaría el cacao y volvería a avisar a los colegas y a abrir unos cráneos, seguro. Yo lo haría.
O imaginad a la monjita Teresa de Calcuta, que llega al paraíso y le da Mahoma el uniforme de las huríes… Imposible que se sometiese a esa afrenta. Volaría rauda a coger del pescuezo al Papa.
¿Veis por ahí algún alma cabreada asegurando que estaba equivocada, y que en realidad Dios es La Gran Marmota? No. Luego eso del paraíso no existe, ni hay otra vida por ahí.
Por eso, los más ambiguos hablan de que hay algo, de que se ve a una luz, de que unas figuras te esperan, que se adquiere una gran sabiduría en el momento de la muerte (1)… Lo más seguro es que los vendedores de libros se lo hayan inventado todo, porque es difícil creer que un estudioso haya sido capaz de encontrar a cien personas que resucitasen de una parada y se acuerden de algo. Porque los que hemos padecido ese choque de la muerte, tenemos al respecto una deliciosa amnesia.
De la vida a la nada. Lo que es de uno es de todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno.