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Una historia de Alzhéimer y amor

Cuando Loreto tenía 42 años la enfermedad tocó en su puerta. En 1986 poco o nada se conocía del diagnóstico. De hecho fue en La Coruña donde le abrieron los ojos. Aquí no sabían nada. La entrega de Sindo, su marido, ha sido tal que, como no tenía donde dejarla, se la llevaba al trabajo: si tenía que hacer repartos, la sentaba en la camioneta, taponaba la puerta contra la pared para que no escapara, y así… años.

| etiquetas: alzhéimer
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  1. Cuarenta y dos años... ¡Por Dios!
  2. Tengo una madre con alzheimer desde hace 12 años. Sé lo difícil que es darle dignidad a una vida con esta enfermdad. La historia que se cuenta aquí es maravillosa. Es muy fácil desesperar, caer en depresión, no entender al enfermo igual que él no te entiende a ti.

    Imagino que con 23 años de enfermedad esta mujer ha llegado a ese punto en el que sólo el afecto y el cuidado básico de higiene y alimentación les puede dar dignidad. Lo de este hombre es el heroísmo callado de tantos familiares que se sobreponen a una enfermedad que afecta al individuo y a sus cercanos.
  3. Qué maravilloso es ver el amor de una manera tan real que casi permite respirarlo.
  4. Estas cosas son las que nos hacen pensar que hay personas y cosas en la vida que hacen que valga la pena vivirla.
  5. #2 Una señora a la que quería mucho, de esas personas que forman parte de tu familia sin tener lazos de sangre, tenía demencia senil. Salvo excepciones no sabía ni como se llamaba ni quienes eran sus hijos, pero cuando le preguntabas quién era alguien de su entorno respondía: una persona muy querida. No recordaba si eran hijos, familiares o vecinos; lo que recordaba era el cariño.
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