Enrique Santamaría ha publicado uno de los retratos más completos, documentados y rigurosos sobre el marino de Getaria: La vuelta de Elkano. El molesto triunfo de la gente corriente. "En el franquismo se formó un grupo de historiadores que aún hoy se jactan de las medallas que les dio el franquismo. Entonces se produjo el invento del Elkano Imperial como un hecho. Como nadie tuvo el valor de decir que aquello fue un disparate, todos lo aceptaron y lo repitieron por miedo a perder privilegios..."
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¿Por qué no dice entonces también Franko?
A Magallanes se lo cargaron los enemigos de su aliado local en una emboscada tribal. Este aliado es el converso de la historia (el rajá Humabón) y no sus enemigos (Lapu-Lapu) Nada de esto tuvo que ver con temas religiosos.
es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Mactán
/ironic off
en.m.wikipedia.org/wiki/Juan_Sebastián_Elcano#/media/File:Firma_Elcan
El libro parece que también:
www.eusko-ikaskuntza.eus/es/publicaciones/la-vuelta-de-elkano-el-moles
No hay motivo lógico para cambiarle la grafía ...
Cráneos previlegiados
No lo sé, solo es la primera explicación que se me ha ocurrido.
Todos mal
Porque si el nombre original es Ysabel, escribimos Isabel?
La propia Real Academia Española de Historia hace casi un siglo realizó un informe para aclarar la polémica sobre esta cuestión (Boletín oficial de la R.A.H. Informes oficiales. Juan Sebastián de Elcano. Tomo XC. Cuaderno I, enero-marzo de 1927), como no espero que los que siguen con este asunto se lo lean, trataré de aclararlo, remitiéndome a lo que explica el propio ensayo.
Firmaba como, Juª, seguida por: seb a s ti an del ca no. Es decir, si ahí leemos que se apellidaba “Cano” o “Del Cano”, también deberíamos decir que se llamaba Seb A S Ti An, conjunto de nombres cuanto menos poco común. Hablando en serio, entonces la gente escribía sobre un papel artesanal rugoso, con una pluma de ave con la punta cortada, mojada en tintas fabricadas según recetas de lo más variado. Cada carga de tinta permitía trazar, como mucho, dos o tres letras antes de tener que volver a introducirla en el tintero.
Todo el que ha estudiado delineación con plumilla y papel modernos sabe que uno de los problemas más comunes son los borrones que se producen al unir dos líneas, ya que la tinta de la segunda se desliza al menor descuido por el surco de la primera, de ahí que se optase, habitualmente, por dejar espacios entre ellas.
Este asunto lo explica mucho mejor de lo que yo pueda hacerlo M. Romero Tallafigo en
el apartado 2 del capítulo V, de su libro, “El Testamento de Juan Sebastián Elcano…”
que recomiendo consultar a quien desee más aclaraciones.
Esto se puede ver en la propia carta de Elkano a Carlos V y en su testamento,
redactado por Urdaneta.
Sobre que en la época algunos autores lo llamaran “Cano”, era, y es, un fenómeno común adaptar al idioma propio los nombres, y las palabras en general, en otras lenguas. Además, en aquel momento no existían verdaderas reglas ortográficas, ni una normativa oficial sobre el uso de los apellidos. Así, a Elorriaga, el maestre asesinado por apoyar a Magallanes en San Julián, se le llama también “Lorriaga”, “Hurriaga”, “Urriga” y de alguna otra forma más, o Carvalho aparece como Carballo, Caraballo, etc.
En cuanto al “del”, era… » ver todo el comentario