La primera vez que atravesé la puerta principal de acceso a la Iglesia de la Compañía de Quito supe que había entrado en otro mundo.La prohibición absoluta de tomar fotografías acrecentó la necesidad que tenía de mostrar el interior y finalmente la Fundación tuvo la gentileza de concederme la ansiada autorización para poder fotografiar el interior de la Iglesia, una auténtica maravilla. Ahora ya conocéis una de las razones por la qué la ciudad de Quito es Patrimonio de la Humanidad.
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Tremendas fotos.
#12 A mí como estilo me gusta, pero ni es mi favorito y sé de mucha gente con criterio artístico, que aún reconociendo el valor de sus piezas, en el gusto personal son más amantes de una mayor sencillez.
La parte negativa, las enfermizas restricciones en el tema de las fotografías. Que hasta el propio autor del artículo haya tenido que degradar la calidad de las mismas para que no se puedan reproducir, y la que deja íntegra como muestra lleva una marca de agua que la jode completamente (quiero suponer que todo esto por imposición de la Santa Compañía que le autorizó a hacerlas y no por su propio interés crematístico). Que una belleza tal no pueda ser compartida universalmente como, sin duda, habría querido el Hombre del Espacio al que dicen adorar.
La explicación de por qué rebajo la calidad, pongo marcas de agua, etc...es muy sencilla: TODAS las imágenes son propiedad del autor, en este caso el que las hace que soy yo y cuando uno está metido en el mundo de la fotografía sabe que la copia ilegal, el intrusismo y la piratería están, por desgracia, a la orden del día. No queda otra que hacer lo que hago para que no me roben las fotos, que es mi trabajo. A propósito, no ha habido ningún interés crematístico sencillamente porque las fotografías no están a la venta a no ser que la propia Fundación o un organismo oficial esté interesado en adquirirlas (que tampoco es el caso).