Stalin, uno de los mayores genocidas de la historia.
Pero el comunismo, en un par de generaciones acabó con los siervos de la gleba y les dio p'al pelo a la mayor potencia industrial del momento. Los yuesei se metieron cuando vieron que si no, iban a llegar a Gibraltar.
Luego, cuando la perestroika y la glasnost iban a corregir sus excesos, el Gorbachov la malbarató.
Lo que vino después es casi actualidad.
#9 Stalin se metió en la guerra (mas bien, lo hicieron meterse) en junio 1941, y "yuesei" lo hizo en diciembre. Para esas fechas obviamente los soviéticos no estaban muy cerca de Gibraltar. Con anterioridad a esas fechas, los "yuesei" apoyaban con material a los británicos, en tanto que Stalin (¿como decirlo, sin levantar ronchas?) andaba a partir un piñon con los nazis, con los que se había repartido amistosamente la Europa oriental.
#10 ¿Amistosamente?
Hasta que se dieron cuenta que el territorio eslavo lo habían definido como el espacio por derecho propio para los arios.
En fin ni unos ni otros. Hitler los sacó de la miseria de las deudas de la 1ª GM y Stalin los sacó del medievo.
Por distintos motivos, que comparto sólo en parte, ambos tuvieron la gallardía humana de ser ateos, es decir, no reconocer otra voluntad de destino colectivo que no fuera decisión humana. Dios es un invento humano.
(las fotos están bastante bien, la verdad)
Pero el comunismo, en un par de generaciones acabó con los siervos de la gleba y les dio p'al pelo a la mayor potencia industrial del momento. Los yuesei se metieron cuando vieron que si no, iban a llegar a Gibraltar.
Luego, cuando la perestroika y la glasnost iban a corregir sus excesos, el Gorbachov la malbarató.
Lo que vino después es casi actualidad.
Hasta que se dieron cuenta que el territorio eslavo lo habían definido como el espacio por derecho propio para los arios.
En fin ni unos ni otros. Hitler los sacó de la miseria de las deudas de la 1ª GM y Stalin los sacó del medievo.
Por distintos motivos, que comparto sólo en parte, ambos tuvieron la gallardía humana de ser ateos, es decir, no reconocer otra voluntad de destino colectivo que no fuera decisión humana. Dios es un invento humano.