El escándalo de Ashley Madison y el de Volkswagen son consecuencias del mismo error: confiar en un código informático que no se puede inspeccionar. La realidad es que no sabemos cuántos escándalos Volkswagen pueden esconderse en los millones de líneas de códigos que nos rodean.
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etiquetas: volkswagen , codigo cerrado , codigo abierto , software libre , madison
Imagina te que eres una pequeña empresa con 10 desarrolladores, que poquito a poco has desarrollado tu CRM. Si publicas el código, llegara tu competencia y se lo apropiará. Y aunque lo protejas con licencias, no tendrás capacidad jurídica para defenderte.
Por otro lado, el software de un coche si es libre, el fabricante no puede garantizarte su correcto funcionamiento, otra cosa es la chapuza que ha hecho esta marca que a mí personalmente me ha demostrado que Volkswagen es una panda de irresponsables porque además de estos problemas de la contaminación tiene otros problemas bastante peores y el fabricante no hace nada, tan solo vivir de la venta de repuestos de su mierda de coches.
Programarás mucho pero idea poca.
Esto de que cualquiera la puede revisar queda muy guay de cara a la galeria pero luego no lo hace nadie
Esto no es cierto, hay unos costes de adaptación, instalación, mantenimiento anual.
Lo que ocurre es que si todo el mundo ofrece servicios alrededor del código libre al final esto se convierte en una commodity ya que cada vez es más difícil diferenciarse de tus competidores. Lo veo cada día, acaba con las empresas que prestan servicios alrededor del código libre ofreciendo sus servicios más baratos.
La única diferenciación es si construyes frameworks alrededor del software de código libre que te permitan ser más eficiente que los demás. Posiblemente esto también viola la filosofía de algunas de estas licencias que obligan a liberar las modificaciones o extensiones(?).