La edición genética de plantas está revolucionando la biotecnología y podría suponer un antes y un después en la agricultura. Con la técnica de edición CRISPR, los científicos son capaces de inactivar o modificar el ADN de un tomate para que la planta requiera menos agua o el del trigo para que carezca de gluten. No son transgénicos, "son modificaciones que también podrían ocurrir de forma espontánea en la naturaleza", explica Montserrat Martín-Hernández, investigadora IRTA en el Centro de Investigación en Agrigenómica (CRAG).
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Ahí haciendo esfuerzos para cavar su propio pozo, como si los transgénicos tuviesen algún problema.
Como ejemplo, nunca se podrían utilizar tomates transgénicos en la Tomatina de Bunyol si el propietario no lo autoriza por escrito.
Tampoco se pueden analizar, ni mejorar ni nada de nada, solo se pueden sembrar y comer.
Lo que va a salvar el planeta es que dejemos de contaminar y matar la naturaleza, no que desarrollemos la ciencia, que nos están vendiendo esa idea. Ahora Inglaterra se va del plan de no contaminar, por dinero que le falta, cuando el no contaminar proporciona riqueza.
Ideas confusas, principios con falsa prioridad. Y malos líderes.
Esto es su egoísmo de monetizar una cosa que no aporta nada a la sociedad.