Fue Julien Faubert, en el partido de su equipo contra el Villarreal, hecho que supuso que el Barça ganara automáticamente la Liga. Después de rascarse un rato los genitales a pesar de la presencia de sus compañeros, se acomodó en el banquillo de última generación de la cual dispone el equipo castellonense, y cerró los ojos. Los goles de su compañero Van der Vaart, y de los jugadores del Villarreal Cani y Capdevila tampoco le sirvieron de revulsivo
|
etiquetas: madrid