Kamikazes, ¿locura o devoción?

La mentalidad japonesa durante la WWII siempre ha resultado complicada de entender por los occidentales, y un ejemplo extremo de este hecho es la historia del Teniente Hajime Fuji y su esposa Fukuko. Hajime era instructor de vuelo para pilotos kamikaze y sentía que debía unirse a ellos, por ello entregó una solicitud al respecto a sus superiores, pero fue rechazado por estar casado y tener dos hijas pequeñas. Hajime estaba destrozado por la decisión, era un alma en pena, hasta tal punto que su esposa Fukulo decidió tomar una decisión sin vuelta atrás: La mañana del 14 de diciembre de 1944, mientras su esposo estaba en la academia, Fukuko le escribió una carta pidiéndole que cumpliese con su deber y que no se preocupase por su familia, le esperarían. Se vistió con su mejor kimono y abandonó la casa con Kazuko (3 años) y Chieko (1 año). Se ató junto a sus hijas y se arrojó a las gélidas aguas del río Arakawa. Un apesadumbrado Hajime escribió la siguiente carta a su hija mayor fallecida: "Es dolorosamente triste que junto con tu madre y tu hermana os crucificasteis por tu padre debido a mi ferviente deseo de dar la vida por nuestro país. […] Papá estará muy pronto con vosotras. En ese momento te abrazaré mientras duermes. Si Chieko llora, cuídala bien. […] Papá realizará una gran hazaña en el campo de batalla y os la llevará como regalo". Hajime volvió a presentar su solicitud para convertirse en kamikaze, y en esta ocasión no pudieron rechazarla. Justo antes del amanecer del 28 de mayo de 1945, los nueve aviones del Escuadrón Shinbu, comandado por Hajime, se dirigieron a Okinawa, cuando se toparon con dos destructores, el USS Drexler y el USS Lowry. Hajime dio la orden y se lanzaron contra ellos. Siete aviones fueron derribados antes de alcanzar sus objetivos y sólo dos consiguieron impactar en el USS Drexler, hundiéndolo en cuestión de minutos, junto a 158 de sus tripulantes. Hajime pilotaba uno de ellos. Fuente: www.elgrancapitan.org/foro/viewtopic.php?f=110&t=23497&start=6