Teucro, que fue uno de los que se escondieron dentro del Caballo de Troya, tiene un interés especial porque además guarda una curiosa relación con España; algunas leyendas cuentan que, tras acabar aquella guerra, cruzó el Mediterráneo y llegó a la Península Ibérica, donde fundó las ciudades de Cartagena y Pontevedra.
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Bueno aparte de la nota pedante, el artículo está muy bien.
Así se hicieron las honras de Héctor, domador de caballos.
No hay nada que más me guste que un duelo de pedantes
“¡Cómo actuó y cómo resistió en el interior del caballo de pulida madera el bravo guerrero, cuando estábamos allí metidos todos los mejores de los argivos, llevando a los troyanos la matanza y la destrucción!” (Od IV 270)
Es todo lo que se cuenta en la Odisea sobre el incidente del caballo. Lo que conocemos todos sobre el caballo de madera se relata en la Eneida de Virgilio. Si en la Odisea está así quiere decir que todos lo conocían. Es posible que el relato estuviera en alguna otra obra sobre el ciclo troyano que se haya perdido.
Por otra parte, siempre se refieren a Ulises como Odiseo.
puestos a pedantear, tengo un libro de la Iliada, de la ed, Plaza Janes, de aquellos antiguos (quizá año 66), pequeñitos, en piel, hojas de papel de fumar, que he leído varias veces porque me enamora el lenguaje: de broncíneos pechos, la diosa de los ojos de lechuza (Atenea) y esas cosas.
Hace poco compré la Odisea "liberada" (la edición esta de Blanckie Books) y, bien, como no la había leído pues me gustó bastante.
Así que por modernizar (y por el tamaño la letra, que la vista no es lo que era) me dije; pues compro también la Ilidada de la misma editorial....¡menudo fiasco! La estuve hojeando y no tiene nada que ver con la redacción vetusta de la de Plaza Janes...un horror para mis ojos...
Vamos, que la dejé donde estaba.
Y aún así, creo recordar otro fragmento, imagino que del canto IV, en el que Helena cuenta que vio al caballo.
(Il VII 233)
Un ejemplo relacionado. Mi poema favorito es uno de Safo, pero en una muy concreta traducción, porque lo detesto en otras. Me gusta en concreto la de Carlos Montemayor porque me parece la que más delicadamente ilustra tanto con tan poco.
Se han puesto la luna y las Pléyades;
ya es medianoche;
las horas avanzan,
y yo duermo sola.
Aunque yo en un libro de texto la leí por primera vez en la forma que más me gusta. Lo gracioso es que es un error de traducción porque se saca un verso del culo, y aun así esta versión apócrifa es sin duda mi preferida:
Se han puesto la luna y las Pléyades:
ya es medianoche.
El mar está en calma,
y yo duermo sola.
Lo busqué en su día y no hay mención alguna al mar en esa estrofa, pero para mí encaja como un guante. Me imagino a Safo durmiendo en una casa griega al lado del mar, escuchándose sólo las olas.
¡Hijos queridos! No peleéis ni combatáis más; a entrambos os ama Zeus, que amontona las nubes, y ambos sois belicosos. Esto lo sabemos todos. Pero la noche comienza ya, y será bueno obedecerla. (Il VII 279)
De todas formas, ¿quién elige sobrevivir con una vida larga, anodina y sin reconocimiento frente a la gloria inconsumible de morir en Troya?
“…la lanza se clavó en la unión de la cabeza con el cuello, en la extremidad de la vértebra, y cortó ambos ligamentos; cayó el guerrero, y cabeza, boca y narices llegaron al suelo antes que las piernas y las rodillas” (Il XIV 458)
Ni mucho menos sexo. No sea que los niños se escandalicen.
"¡Hera! Allá se puede ir más tarde. Ea, acostémonos y gocemos del
amor. Jamás la pasión por una diosa o por una mujer se difundió por mi pecho, ni me avasalló como ahora" (Il XIV 313)