Cientos de personas se aglomeraron en el centro de Recife a la espera de su líder, el expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva, quien 9 días después de salir de prisión comenzó ayer domingo en el nordeste, su bastión político, una gira por el país contra el Gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro.
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Espero que para entonces los brasileños hayan aprendido bien la lección de lo que es tener a un hijo puta giliberal (otro que no ha dado palo al agua más allá del Estado) que les está destrozando el Amazonas y su receta contra la pobreza es dar permiso al ejército y policía para que disparen a matar.
Lo que no tengo claro es si le van a dejar en paz. El juicio-parafernalia que le montaron a raíz de una casa de Petrobras no había por dónde cogerlo salvo que el veredicto tuviera que ser enmierdar al Lula sí o sí. Ahí está el hijo puta que lo encarceló ahora con Bolsonaro.
A ver qué se inventan para meterlo en la cárcel cuando se acerquen las elecciones.
Lula Lula Lula ihe, oh oh oh.