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El Manual de la inquisición para el Santo Oficio de Nicolás Eymeric

Nacido en Gerona, España, el inquisidor Nicolás Eymeric es famoso por haber escrito un manual para el Santo Oficio, que enseña hasta dónde puede llegar el abuso y la crueldad al servicio de la intolerancia religiosa, de la negación del libre albedrío. Eymeric elaboró su Manual que incorpora la sabiduría de la maldad cultivada a lo largo de una vida dedicada a perseguir con saña a los herejes, con el objetivo inalcanzable de controlar sus creencias, pues como definió Eymeric la Inquisición perseguía los “ delitos del alma ”.

| etiquetas: religión , católica , amor , verdad , dios , hermanos , tolerancia , cariño
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  1. ¡Vaya elemento el Nicolás este! Cuanto más me informo sobre el tema, más me asombro de que siga existiendo la iglesia católica.
  2. "de la negación del libre albedrío" uhmmm extrapolado a la actualidad, desde luego no tendría trabajo, ya han alcanzado ese objetivo otros.
  3. Bueno, este (es.wikipedia.org/wiki/Tomás_de_Torquemada) tampoco se quedaba atrás. Me quedo con una frase de ese mismo enlace:

    Juan Antonio Llorente, primer historiador del Santo Oficio, asegura que durante su mandato fueron quemadas más de diez mil personas y otras veintisiete mil sufrieron penas infamante

    Si eso no es un genocidio, que baje su dios y lo vea.

    Cuántos crímenes cometidos en nombre de LA NADA.
  4. #5 en realidad la historia de cualquiera de las tres religiones mayoritárias (cristianismo, judaísmo e islamismo). Que triste luchar y matar por algo intangible.
  5. #8 El problema es que, como siempre, eso atenta contra los intereses de las altas esferas de la sociedad en las que las religiones suelen tener sus máximos exponentes.

    Pongamos por ejemplo a Bush, indiscutible adalid de la fé en el mundo. Si los Derechos Humanos se aplicasen estrictamente ese señor estaría en la carcel sin duda alguna. Lo mismo ocurre con cualquier integrista islámico o con el gobierno israelí que planea matar a un ministro palestino.

    Por desgracia, en muchísimas ocasiones la religión no es más que un cancer mortal.
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