Una investigación reúne los nombres y apellidos de decenas de mujeres que entre los siglos XV y XVIII fueron acusadas del crimen de brujería y a menudo torturadas y ejecutadas, más por los tribunales civiles locales que por la Santa Inquisición. Un centenar de historiadores piden ahora reparar su memoria
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Pero oigan, en España somos lo peor. Entonces y por supuesto ahora.
Muy bonito y recomendable el libro,
Supongo que además estas cosas se harían para tener acojonado/contento al resto de la población
Offtopic: "Y tú más" en #5
Todo vale
Aquí lo que se transluce es que hay un sector ideológico que trata de sacar rédito político de cosas que pasaron hace 300 años sacando las cosas de contexto histórico, exagerando, tergiversado y hasta mintiendo y mediante una pirueta argumental atribuyendo esos males al sector ideológico rival en una suerte de continuidad y herencia a lo largo de los siglos.
Y no es que me entusiasme la inquisición ni la iglesia católica pero parece que estos crímenes son algo mas enraizado en la condición humana que la simple maldad de la iglesia.
En los últimos años, el movimiento feminista ha ayudado a reivindicar la denostada figura de las brujas y hasta las ha llegado a convertir en un icono, con eslóganes como Somos las nietas de las brujas que no pudieron quemar, que se popularizó a partir de la novela Las brujas de BlackBook, de Tish Tawer. Castells y Alcoberro, por su parte, proponen una versión alternativa, más académica y menos activista, del mismo lema: "Estadísticamente, somos las nietas de aquellos hombres y mujeres que señalaron a sus vecinas como brujas, que extendieron falsos rumores, que testificaron en sus juicios y que, finalmente, asistieron a sus ejecuciones entre gritos y aplausos".
En tu respuesta te has marcado otros tres "y tú más"
- el poder civil era peor que el religioso
- el otro sitio se mataban más brujas.
- la culpa es de "sectores ideológicos rivales" actuales
erboleramartinezdelezea.com/novelas/la-herbolera/
En el año 1500 tuvo lugar en Durango la primera caza de brujas que se conoce en el País Vasco, la misma que llevó a la hoguera a miles de personas en toda Europa por causa de las mentiras, los prejuicios y las obsesiones de las clases dirigentes políticas y religiosas.
La palabra “bruja” sigue siendo sinónimo de maldad, de mujer vieja y fea, y se olvida que muchas de aquellas víctimas eran niñas que aún no habían cumplido los diez años, que otras eran jóvenes en la flor de la vida y que la mayoría eran mujeres que únicamente trataban de ganarse el sustento.
Esta es la historia de Catalina de Goiena, La herbolera, en la que se narran los avatares de una joven curandera arrastrada por los acontecimientos de la época. La joven es hija y nieta de curanderas, nacida a los pies del Anboto, uno de los montes sagrados de la antigua religión pre-cristiana, en la cual se creía habitaba la diosa Mari. Un nuevo mundo se abre para Catalina cuando va a vivir a Durango para aprender el oficio de partera. Allí también conocerá el amor y las penas del amor y se verá envuelta en los terribles hechos que llevaron a trece mujeres a la hoguera.
Que los tribunales civiles eran malísimos, perfecto, pero la iglesia podía haberlos controlado y además juzgaba sus propias paranoias.
Al final va a resultar que los judíos se expulsaron solos y que los conversos ardían por combustión espontánea.