A pesar de la legendaria inteligencia de Twain, no estuvo exento de puntos ciegos, y en la década de 1890 perdió toda su fortuna en una apuesta tecnológica que prometía cambiar el mundo, pero que finalmente resultó en la ruina tanto del inventor como de sus patrocinadores: la Paige Compositor. A lo largo de su existencia, Twain demostró un destacado interés por la ciencia y la tecnología de última generación. Mantuvo una cercana amistad con el insigne inventor Nikola Tesla; fue uno de los primeros en adoptar dispositivos innovadores (...)
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La verdad es que en esas décadas, finales del siglo xix y principios del XX hay historias y personajes increíbles.
“La patente de Paige, apodada «La Ballena», es la más larga jamás presentada en la historia de los Estados Unidos, con 218 páginas y 850 diagramas, y tardó ocho años en ser revisada y aprobada…”
Una de mis novelas favoritas "Un yankee en la corte del rey Arturo".
De todo el artículo me quedo no obstante con esta cita de Twain, que muy a su manera refleja:
Paige y yo siempre nos encontramos en términos efusivamente afectuosos; sin embargo, él sabe perfectamente bien que si se pillara los huevos en una trampa de acero, no le ayudaría y me quedaría mirando hasta que muriese.
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Máquina más simple, fácil de mantener, pocas funcionalidades pero las hace bien y económica.... Camino al éxito.
Aplique eso también en software.
Pero más abajo...
"Este sorprendente éxito [...], y en 1893 él y sus compañeros inversores firmaron un contrato con el industrial..."
Claro que fue un éxito sorprendente sobre todo un año después de la bancarrota.