Marcial Maciel, el fundador de los Legionarios de Cristo, siempre quiso ser santo, pero los escándalos salpicaron su vida: abusos sexuales, adicción a la morfina, amante e hija secreta,... La denuncias comenzaron ya en los años 50, pero la Iglesia siempre intento echar tierra en el asunto y que pasase el tiempo, a fin de cuentas era amigo personal de Juan Pablo II. Ahora que ya está muerto, han mandado una inspección a su obra.
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