“Mercancía prohibida”. Los aduaneros marroquíes pronunciaron esas dos palabras, el lunes pasado de madrugada, para significar a los pescaderos ceutíes que no podían regresar a su ciudad con el pescado que habían comprado poco antes en la lonja de Rincón, a unos 25 kilómetros de Ceuta. “Les requisaban la mercancía, que tiraban en la misma aduana, o les decían que volvieran a Ricón”, pero el pescado fresco no se devuelve.
|
etiquetas: rabat , ceuta , pescado , aduana
Queramos o no, mantenemos algunos intereses enfrentados con Marruecos, lo cual no nos convierte en enemigos, pero si en competidores y en cierto modo ese es el estatus que hemos tenido con respecto a ellos en los últimos 80 años.
En cuanto a lo de Ceuta. No dejar importar pescado o cualquier otro producto desde Marruecos, es una forma de presión parecida a la que aquí se hacía con Franco respecto a Gibraltar.
No se si servirá de mucho o no, pero en cierto modo dificulta el día a día y encarece la vida en las ciudades autónomas.