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Los mejores poemas de Miguel Hernández

Los mejores poemas de Miguel Hernández

Complicada misión elegir cuáles son los mejores versos de uno de los poetas más importantes de la literatura española del siglo XX. No tengo miedo y me atrevo con el reto. Esta es mi selección de los mejores poemas de Miguel Hernández. ¿Cuál es la vuestra?

| etiquetas: miguel hernández , poeta , pueblo , españa
  1. Vientos del pueblo me llevan,
    vientos del pueblo me arrastran,
    me esparcen el corazón
    y me aventan la garganta.

    Los bueyes doblan la frente,
    impotentemente mansa,
    delante de los castigos:
    los leones la levantan
    y al mismo tiempo castigan
    con su clamorosa zarpa.

    No soy un de pueblo de bueyes,
    que soy de un pueblo que embargan
    yacimientos de leones,
    desfiladeros de águilas
    y cordilleras de toros
    con el orgullo en el asta.
    Nunca medraron los bueyes
    en los páramos de España.

    ¿Quién habló de echar un yugo
    sobre el cuello de esta raza?
    ¿Quién ha puesto al huracán
    jamás ni yugos ni trabas,
    ni quién al rayo detuvo
    prisionero en una jaula?

    Asturianos de braveza,
    vascos de piedra blindada,
    valencianos de alegría
    y castellanos de alma,
    labrados como la tierra
    y airosos como las alas;
    andaluces de relámpagos,
    nacidos entre guitarras
    y forjados en los yunques
    torrenciales de las lágrimas;
    extremeños de centeno,
    gallegos de lluvia y calma,
    catalanes de firmeza,
    aragoneses de casta,
    murcianos de dinamita
    frutalmente propagada,
    leoneses, navarros, dueños
    del hambre, el sudor y el hacha,
    reyes de la minería,
    señores de la labranza,
    hombres que entre las raíces,
    como raíces gallardas,
    vais de la vida a la muerte,
    vais de la nada a la nada:
    yugos os quieren poner
    gentes de la hierba mala,
    yugos que habéis de dejar
    rotos sobre sus espaldas.

    Crepúsculo de los bueyes
    está despuntando el alba.

    Los bueyes mueren vestidos
    de humildad y olor de cuadra;
    las águilas, los leones
    y los toros de arrogancia,
    y detrás de ellos, el cielo
    ni se enturbia ni se acaba.
    La agonía de los bueyes
    tiene pequeña la cara,
    la del animal varón
    toda la creación agranda.

    Si me muero, que me muera
    con la cabeza muy alta.
    Muerto y veinte veces muerto,
    la boca contra la grama,
    tendré apretados los dientes
    y decidida la barba.

    Cantando espero a la muerte,
    que hay ruiseñores que cantan
    encima de los fusiles
    y en medio de las batallas.
  2. Escucho esta canción y siento los besos que he dado... Y los que no

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  3. Los mejores poemas de Miguel Hernández, sin lugar a dudas, son los que no pudo escribir debido a su muerte, provocada por los que le encarcelaron y le negaron la asistencia médica que le habría salvado la vida.
  4. Rosario Dinamitera.,
    sobre tu mano bonita
    celaba la dinamita
    sus atributos de fiera.
    Nadie al mirarla creyera
    que había en su corazón
    una desesperación
    de cristales, de metralla
    ansiosa de una batalla
    sedienta de una explosión.
  5. #3 Sin duda.
  6. Era gay. Eso hay que decirlo. Es un honor para la comunidad lgtbi+
  7. Antonio Luis Baena Tocón, no olvidéis este nombre, uno de los que lo mandaron a la tumba: es.wikipedia.org/wiki/Antonio_Luis_Baena_Tocón

    Relacionada: www.meneame.net/m/cultura/mando-585-pesetas-tumba-miguel-hernandez/c01

    www.eldiario.es/comunitat-valenciana/batalla-judicial-audiencia-nacion

    ¡Fascistas asesinos! ¡Qué lástima que no hayamos tenido aquí unos juicios de Nuremberg!

    EDIT: ¿qué es esta mierda de envío con el idiota ese de Cartagena en un lateral y sin nada más? ¿Puto criptofascismo?
  8. Los cobardes

    Hombres veo que de hombres
    solo tienen, solo gastan
    el parecer y el cigarro,
    el pantalón y la barba.

    En el corazón son liebres,
    gallinas en las entrañas,
    galgos de rápido vientre,
    que en épocas de paz ladran
    y en épocas de cañones
    desaparecen del mapa.

    Estos hombres, estas liebres,
    comisarios de la alarma,
    cuando escuchan a cien leguas
    el estruendo de las balas,
    con singular heroísmo
    a la carrera se lanzan,
    se les alborota el ano,
    el pelo se les espanta.
    Valientemente se esconden,
    gallardamente se escapan
    del campo de los peligros
    estas fugitivas cacas,
    que me duelen hace tiempo
    en los cojones del alma.

    ¿Dónde iréis que no vayáis
    a la muerte, liebres pálidas,
    podencos de poca fe
    y de demasiadas patas?
    ¿No os avergüenza mirar
    en tanto lugar de España
    a tanta mujer serena
    bajo tantas amenazas?
    Un tiro por cada diente
    vuestra existencia reclama,
    cobardes de piel cobarde
    y de corazón de caña.
    Tembláis como poseídos
    de todo un siglo de escarcha
    y vais del sol a la sombra
    llenos de desconfianza.
    Halláis los sótanos poco
    defendidos por las casas.

    Vuestro miedo exige al mundo
    batallones de murallas,
    barreras de plomo a orillas
    de precipicios y zanjas
    para nuestra pobre vida,
    mezquina de sangre y ansias.
    No os basta estar defendidos
    por lluvias de sangre hidalga,
    que no cesa de caer,
    generosamente cálida,
    un día tras otro día
    a la gleba castellana.
    No sentís el llamamiento
    de las vidas derramadas.
    Para salvar vuestra piel
    las madrigueras no os bastan,
    no os bastan los agujeros,
    ni los retretes ni nada.
    Huis y huis, dando al pueblo,
    mientras bebéis la distancia,
    motivos para mataros
    por las corridas espaldas.

    Solos se quedan los hombres
    al calor de las batallas,
    y vosotros, lejos de ellas,
    queréis ocultar la infamia,
    pero el color de cobardes
    no se os irá de la cara.

    Ocupad los tristes puestos
    de la triste telaraña.
    Sustituid a la escoba,
    y barred con vuestras nalgas
    la mierda que vais dejando
    donde colocáis la planta.
  9. Las rosas son rojas
    Y el cielo es azul....

    Y no sigo
  10. #3 ¿como Antonio Luis Baena Tocón que fue uno de los que lo condenó a 30 años de cárcel? Cuando en la universidad de Alicante pusieron su nombre, su hijo se puso tan nervioso que activó los juzgados para que lo borraran en la documentación histórica.

    *30 años de cárcel con tal de no fusilarlo, por comunista.
  11. Para mí las nanas de la cebolla, sin duda.
    Pensar en las circunstancias en que fueron escritas... :'(
  12. #6 ¿Por qué hay que decirlo, acaso hacerlo acrecienta o merma la figura del insigne poeta? Lo que hay que leer...
  13. #9 Haces bien en callar.
  14. #12 Te molesta que fuera gay... Banderas rojas hueles a homofobia que apestas. Hay que decirlo por qué no lo mataron solo por rojo, lo mataron por rojo y gay.

    PUTOS HETEROS NOS MATAIS A TODAS.

    :wall: :wall: :wall: :roll: :shit: :-D
  15. #13 Perdone usted. Le recomiendo Nivea para su piel fina ;)
  16. #1 Ebri Knight musicó parte de ese poema en esta canción: www.youtube.com/watch?v=ZQ2uIJZo7lw
  17. Por el cinco de enero,
    cada enero ponía
    mi calzado cabrero
    a la ventana fría.

    Y encontraban los días,
    que derriban las puertas,
    mis abarcas vacías,
    mis abarcas desiertas.

    Nunca tuve zapatos,
    ni trajes, ni palabras:
    siempre tuve regatos,
    siempre penas y cabras.

    Me vistió la pobreza,
    me lamió el cuerpo el río,
    y del pie a la cabeza
    pasto fui del rocío.

    Por el cinco de enero,
    para el seis, yo quería
    que fuera el mundo entero
    una juguetería.

    Y al andar la alborada
    removiendo las huertas,
    mis abarcas sin nada,
    mis abarcas desiertas.

    Ningún rey coronado
    tuvo pie, tuvo gana
    para ver el calzado
    de mi pobre ventana.

    Toda gente de trono,
    toda gente de botas
    se rió con encono
    de mis abarcas rotas.

    Rabié de llanto, hasta
    cubrir de sal mi piel,
    por un mundo de pasta
    y unos hombres de miel.

    Por el cinco de enero,
    de la majada mía
    mi calzado cabrero
    a la escarcha salía.

    Y hacia el seis, mis miradas
    hallaban en sus puertas
    mis abarcas heladas,
    mis abarcas desiertas
  18. #6 ¿no te confundes con Lorca?
    Que yo sepa Miguel hernandez estaba muy enamorado de su espisa... Vino de Madrid a Orihuela andando, solo para poder verla, y tuvo 2 hijos.
    No te lo discuto, te lo pregunto, por si sabes algo que yo no se...
  19. Llegó con tres heridas:
    la del amor,
    la de la muerte,
    la de la vida.
    Con tres heridas viene:
    la de la vida,
    la del amor,
    la de la muerte.
    Con tres heridas yo:
    la de la vida,
    la de la muerte,
    la del amor.
  20. Me tiraste un limón, y tan amargo,
    con una mano cálida, y tan pura,
    que no menoscabó su arquitectura
    y probé su amargura sin embargo.
  21. El herido
    Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
    Para la libertad, mis ojos y mis manos,
    como un árbol carnal, generoso y cautivo,
    doy a los cirujanos.
    Para la libertad siento más corazones
    que arenas en mi pecho: dan espumas mis venas,
    y entro en los hospitales, y entro en los algodones
    como en las azucenas.
    Para la libertad me desprendo a balazos
    de los que han revolcado su estatua por el lodo.
    Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos,
    de mi casa, de todo.
    Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
    ella pondrá dos piedras de futura mirada
    y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
    en la carne talada.
    Retoñarán aladas de savia sin otoño
    reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
    Porque soy como el árbol talado, que retoño:
    porque aún tengo la vida.
  22. Canción última
    Pintada, no vacía:
    pintada está mi casa
    del color de las grandes
    pasiones y desgracias.

    Regresará del llanto
    adonde fue llevada
    con su desierta mesa
    con su ruinosa cama.

    Florecerán los besos
    sobre las almohadas.
    Y en torno de los cuerpos
    elevará la sábana
    su intensa enredadera
    nocturna, perfumada.

    El odio se amortigua
    detrás de la ventana.

    Será la garra suave.

    Dejadme la esperanza.
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