Mayo es el mes en el que florece esa hipocresía que todos llevamos dentro: es el mes de las comuniones. A todos esos padres que cuando el que comulga no es su hijo, se pasan toda la ceremonia en el bar de enfrente tomando unas cañas; a esos padres que le confiesan a uno que lo peor que llevan de esto de la comunión es el coñazo de la catequesis, y a esos padres que te dicen tan tranquilos: “esta tarde me toca hacer el paripé con el cura”.
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etiquetas: hipocresia , rebaño
1-Hago la comunión y tengo un montón de regalos.
2-No hago la comunión y me quedo sin regalos.
¿Cuál crees que elegirá?
O si decide que tiene fe hacer la comunión por el acto religioso en si renunciando a los regalos y celebraciones que saben que a sus padres les cuesta un ojo de la cara.