El misterio de Transtlantic

Acabo de ver esta serie, y aunque la historia me parece genial (ya la conocía), hay unas cuantas cosas que merece la pena comentar para que nos hagamos una idea de en qué punto social nos encontramos.

La historia es real y francamente buena. Además, los guionistas han hecho el esfuerzo de mantener unas cuantas verdades incómodas, cosa que se agradece hoy en día, aunque sea más por lo que callan que por lo que realmente dicen.

Yo ya conocía hace tiempo la historia de Varian Fry, un tipo al que le deberían haber concedido tal cantidad de medallas que no diese abasto a lucirlas, y también la historia del cónsul americano, los alemanes ocupantes, las autoridades francesas de Marsella y las multimilonarias Jay Gould y Peggy Guggenheim. Es todo tan surrealista, tan trágico y tan divertido a la vez, si se tiene el sentido del humor necesario para ello, que la historia se cuenta sola de manera que encandile al público. Una historia real y verdaderamente magnífica.

Y entonces, de repente, y nada más comenzar el primer capítulo, nos enteramos de que Varian Fry es gay y está liado con un judío. Pero coño... ¿En serio? Como digo, escribí y me documenté hace tiempo sobre el personaje y no me sonaba de nada tal cosa. Así que me dije que estaría bien echar otro vistazo.

Y resulta que el New York Times habla del asunto, pero en unos términos que es mejor que leáis vosotros mismos para evitar mi sesgo. Y muchos otros medios, lo mismo. Y resulta que tengo a quien preguntar, por razones que no hacen al caso, y parece muy probable que hayan hecho gay a Varian Fry "por necesidades del guión". Lo habéis leído bien: POR NECESIDADES DEL GUIÓN. Porque por alguna razón parece necesario que el protagonista sea gay. Porque el tipo está muerto y a su hijo no le importa sacarlo del armario por su cuenta.

Francamente, que el guión necesite escenas pornoeróticas me parece alucinante si no hay algún tema de otro tipo detrás. Pero es que la cosa no para ahí. El héroe de la resistencia tiene que ser un negro senegalés que trabaja en un hotel y que se codea, en 1940, en plano de igualdad con todos los norteamericanos del consulado. Y que por supuesto, se liga a la chica guapa blanca (porque al revés está absolutamente prohibido en los guiones actuales, según me han dicho), Y junto al funcionario americano gay y al recepcionista negro, en la Francia ocupada, se juntan activistas judíos queque quieren ir a Palestina y agentes británicos que les ayudan (sí, a emigrar a Palestina, con dos cojones), en un ambiente de amor, camaradería y unión entre negros gays, americanos, británicos y judíos. Y oye, que a los americanos no les importa tratarse con negros, a los negros y los judíos no les importa tratarse con gays, y a los británicos no les molestan ni los negros, ni los gays, ni que los judíos quieran ir a Palestina.

Lo que comenzaba siendo un acercamiento histórico a un momento interesante acaba siendo una farsa inclusiva en plan Winnie the Poo que no hay por dónde fumarse.Hasta a los nazis les importa todos tres huevos y les dejan marchar después de haber infiltrado agentes en su organización y grabado sus conversaciones. Lo peor de todo es que esto último es cierto y le queda a uno la sospecha de que inventaron todo lo demás para taparlo. Porque otra cosa no se explica, oye.

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P.D: si a alguien le apetece conocer algo más sobre los hechos y la época, recomiendo este glorioso libro como fuente.