“Lo que estamos viendo este año es que muchos de los pinos que mueren ahora lo hacen por el calor y la sequía de 2022”, explica Baqué. Las coníferas aguantan bien el arreón cálido esquivando la muerte a corto plazo. Se mantienen verdes pero el daño queda hecho. “Pueden mostrar los síntomas del estrés hídrico meses o incluso años después de que se acabe este periodo”. Y ahora están muriendo en diferido.
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etiquetas: sequía , cambio climático , pinos
Lo de las coníferas, en cambio, es desgarrador, esos árboles están definitivamente muertos, es tal cual como si hubiera habido un incendio forestal sin llama.
Lo de los árboles secos sí que lo había notado en pinos y también en chopos. Este verano no ha hecho especial calor y ha llovido bastante, no sabía eso de que pudiesen afectarles aún los veranos anteriores.
A ver hacia dónde evoluciona esto del cambio climático, hay que leer estas señales porque los expertos creo que están bastante perdidos.
www.lavanguardia.com/vangdata/20150915/54435265171/cual-es-el-arbol-ma
Por poner en contexto la cifra, entre 1975 y 2009 la cantidad de árboles en España creció un 1,5% cada año, y eso son del orden de varias decenas de millones de árboles cada año. Discúlpame si no me parece significativo que un evento mate unos pocos miles un año.
www.fundacionaquae.org/wiki/cuantos-arboles-hay-en-espana/
La política de repoblación forestal consiguió que el crecimiento de árboles en España fuera de un 130% entre los años 1975 y 2009, un 1.5% anual de media. Sólo China ha superado a España en el crecimiento de sus bosques, según datos de la FAO.
Los árboles que conocemos en la actualidad son las especies nejornadaotadas que han sobrevivido y evolucionado a lo largonde millones de años. Los que estaban peor adaptados se extinguieron.
En cuanto a lo del jineronde árboles totales varios apuntes:
* Crece la masa forestal por las repoblaciones.
* En el artículo cuentan solonlosnaie mueren por este fenómeno.
* El artículo (y tus números) se centran en España, pero esto sucede en más lugares y ahora se mueren árboles por cosas por las que no morian.
* El problema bones solo qien se mueran, es que están secos y pierden capacidad de regeneración y tanto ellos como sus ecosistemas son más vulnerables al fuego.
* No pienses en España, piensa en las grandes masas forestales del Norte de Europa, Siberia o Canadá. Probable mente allí no estén sometidos al mismo estrés hídrico o térmico, pero dales tiempo.
¿En qué te basas para decir eso? ¿De qué datos y estudios dispones para decir que los expertos están perdidos?
Y no digamos ya los votantes, que los del partido más votado sólo saben que llueve porque se mojan y piensan que pueden cambiar el clima rezando a la representación en madera de un ser imaginario.
La obsesión por el entretenimiento y la gratificación instantánea ha generado una cultura del consumo desmedido, en la que se valora más el placer inmediato que las consecuencias a largo plazo. Las redes sociales, los videojuegos y otros medios de entretenimiento nos mantienen distraídos y desconectados de las problemáticas globales, incluida la crisis climática. En lugar de abordar los desafíos apremiantes, preferimos refugiarnos en un mundo virtual de evasión y comodidad.
El dinero, por su parte, se ha convertido en el principal motor de nuestras vidas, relegando muchas veces la ética y la responsabilidad hacia el medio ambiente. El afán de obtener beneficios económicos rápidos ha llevado a prácticas industriales insostenibles que agotan los recursos naturales y contribuyen al calentamiento global. La búsqueda de riqueza material nos ha hecho perder de vista los valores más profundos y el sentido de comunidad y colaboración necesarios para abordar el cambio climático.
El narcisismo y el hedonismo también juegan un papel relevante en la falta de acción frente al cambio climático. La cultura del "yo primero" ha llevado a un individualismo extremo, en el que cada persona se preocupa principalmente por sí misma y su bienestar inmediato, sin considerar el impacto que sus acciones tienen en el entorno y en otras personas. El hedonismo, centrado en la búsqueda del placer y la evitación del dolor, a menudo se traduce en comportamientos insostenibles y en la negación de los sacrificios necesarios para proteger el medio ambiente.
Es esencial reconocer que la humanidad está atravesando una crisis de valores y prioridades, en la que el consumismo desmedido y la búsqueda egoísta de placer se anteponen a la responsabilidad colectiva hacia nuestro planeta y las futuras generaciones.
Para abordar adecuadamente el cambio climático, debemos trascender este enfoque superficial y egocéntrico. Necesitamos redescubrir la empatía y la solidaridad como fuerzas motrices para un cambio real. La toma de conciencia individual y la adopción de prácticas más sostenibles deben ser impulsadas por una comprensión profunda de que somos parte de un todo interconectado y que nuestras acciones tienen un impacto directo en el bienestar del planeta y de todos los seres vivos.
Solo mediante un cambio de paradigma hacia una visión más holística y responsable del mundo que habitamos, podremos superar la impasividad ante el cambio climático y trabajar juntos para proteger nuestro hogar común y garantizar un futuro sostenible para las generaciones venideras.
La obsesión por el entretenimiento y la gratificación instantánea ha generado una cultura del consumo desmedido, en la que se valora más el placer inmediato que las consecuencias a largo plazo. Las redes sociales, los videojuegos y otros medios de entretenimiento nos mantienen distraídos y desconectados de las problemáticas globales, incluida la crisis climática. En lugar de abordar los desafíos apremiantes, preferimos refugiarnos en un mundo virtual de evasión y comodidad.
El dinero, por su parte, se ha convertido en el principal motor de nuestras vidas, relegando muchas veces la ética y la responsabilidad hacia el medio ambiente. El afán de obtener beneficios económicos rápidos ha llevado a prácticas industriales insostenibles que agotan los recursos naturales y contribuyen al calentamiento global. La búsqueda de riqueza material nos ha hecho perder de vista los valores más profundos y el sentido de comunidad y colaboración necesarios para abordar el cambio climático.
El narcisismo y el hedonismo también juegan un papel relevante en la falta de acción frente al cambio climático. La cultura del "yo primero" ha llevado a un individualismo extremo, en el que cada persona se preocupa principalmente por sí misma y su bienestar inmediato, sin considerar el impacto que sus acciones tienen en el entorno y en otras personas. El hedonismo, centrado en la búsqueda del placer y la evitación del dolor, a menudo se traduce en comportamientos insostenibles y en la negación de los sacrificios necesarios para proteger el medio ambiente.
Es esencial reconocer que la humanidad está atravesando una crisis de valores y prioridades, en la que el consumismo desmedido y la búsqueda egoísta de placer se anteponen a la responsabilidad colectiva hacia nuestro planeta y las futuras generaciones.
Para abordar adecuadamente el cambio climático, debemos trascender este enfoque superficial y egocéntrico. Necesitamos redescubrir la empatía y la solidaridad como fuerzas motrices para un cambio real. La toma de conciencia individual y la adopción de prácticas más sostenibles deben ser impulsadas por una comprensión profunda de que somos parte de un todo interconectado y que nuestras acciones tienen un impacto directo en el bienestar del planeta y de todos los seres vivos.
Solo mediante un cambio de paradigma hacia una visión más holística y responsable del mundo que habitamos, podremos superar la impasividad ante el cambio climático y trabajar juntos para proteger nuestro hogar común y garantizar un futuro sostenible para las generaciones venideras.
Hay especies de pino autóctonas que llevan aquí millones de años.
No solo es el estrés térmico, que también.
No solo es una pérdida del dinero que cuesta plantarlos, sino además las pérdidas económicas de un posible incendio.
Esa respuesta no es algo menor y creo que no vas a encontrar nada al respecto.
Es lo que tiene el verano, que hace calor y de vez en cuando hay olas de calor africano.
Estás pidiendo un imposible. Seamos razonables en el debate.
Y sigue habiendo bosques en ese sitio...
Así que te respondo: SI
"En la Península se ha plantado en Andalucía, Levante y Cataluña, desde el nivel del mar en la costa mediterránea hasta los 800 m. Aunque es una especie tolerante a la aridez, se desarrolla mejor en ambientes cálidos sin sequías acentuadas. Tolera mal los suelos de naturaleza caliza."
Vamos que las sequías de la España seca no las aguanta y el frío del interior no parece que le vaya bien tampoco
Te lo digo por la inferencia que haces de que no aguanta las sequías cuando en tu texto pone explicitamente que se desarrolla mejor si no tiene sequia.
Que se desarrolle peor no significa que lo las aguante.
Anda, no te piques. Tu has preguntado y yo he buscado algo y después te he contestado. Pero tu la tienes más larga, no te preocupes
Simplemente estaba hablando intentando aprender algo nuevo.
Un saludo!
La ciencia puede avisarnos de que estamos pasando los tiping points pero no hay registro alguno de cómo van a afectar esos puntos de no retorno, hablamos de cientos de interacciones entre diferentes ecosistemas. Es un problema que nos supera por mucho, no hay IA mágica que calcule algo así.
Sobre todo en montes que dan sido robledales, hayedos, Castañares, olmedales, etc porque cualquiera que sepa un mínimo de historia natural sabe que España ha sido un país donde han primado los pinares.
Estamos apañados