La nueva ordenanza de ruido plantea unas sanciones sin precedentes, ya que en muchos casos multiplican entre 4 y 6 veces el importe actual. Esta dureza la sufrirán los ciudadanos que monten escándalo en la calle, sobre todo en horas de descanso. En concreto, si la voz humana adquiere «un tono excesivamente alto» porque su emisor no tiene «una conducta cívica normal» la Policía Municipal requerirá a ese viandante que cambie de actitud. Si el agente lo cree necesario, podrá interponer una multa que obligará a abonar entre 601 y 12.000 euros.
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Lo triste es que haya que recurrir a las multas y que no sea el civismo el que impida molestar a los demás.
Somos de lejos uno de los paises mas ruidosos del mundo. Los exranjeros se asombran del nivel de nuestras conversaciones.
Tiene el derecho de salir a la hora que quiera de casa, a ir a dónde le plazca, etc. pero tiene la obligación de no ser un cabestro tocanarices que despierta a todo un edificio a las 4.30 de un jueves, llamando a gritos a su amigo Paco, con el que luego se pone a cantar cualquier memez y a gritar que son los putos amos y que se jodan los del villadeabajo balompié
Y si la gente no es capaz de cumplir la obligación de portarse como un animal domesticado, en lugar de quitarle la libertad (que sería impedirle salir de su casa a ciertas horas o transitar ciertos lugares) se le aplica un castigo: paga, chato, paga. Que es una forma rápida y efectiva de educar a la población.
Tienen todo el derecho a divertirse,pero eso no quita que los demás también tenemos derecho al descanso.
Da pena como amanecen algunas calles,escaparates rotos,contenedores tirados,papeleras quemadas.....Lo dicho,da pena lo que algunos entienden por diversión.
Y que quieres que te diga, los que ponen la música a toda leche en los coches habitualmente no tienen el mejor gusto. ¡¡a esos sí debería perseguirles la SGAE!! ¿o eso no se considera difusión pública?
El problema es que muchas cosas no se prohíben o sancionan porque seguramente a nadie se le habría ocurrido que fuera necesario. Es una cuestión de sentido común y de respeto al resto de las personas.
A mi me parece estupendo que a quien atente contra mi derecho al descanso, o mi libertad para dormir cuando ellos están de copas, se les sancione.