Es completamente increible el desconocimiento, la ignorancia y el desprecio del ser humano respecto al tema del cambio climático.
Algo que compromete nuestra propia existencia y se trata con semejante desparpajo y ambiguedad.
El tiempo nos pondrá en el justo lugar que nos corresponde: en un desierto desolador, y teniendo que ir a guerras por el agua y por comida.
No nos merecemos el oasis que nos ha dado la vida y que nos ha proporcionado aire, agua y comida en abundancia.
Cuando voy con mi coche por la carretera a velocidades legales, me adelantan a toda leche un montón de vehículos grandes y que consumen un montón, me paro a pensar en que la gente no somos conscientes de lo que contaminamos y de nuestra huella.
Cada uno va a lo suyo y piensa que con sus actos individuales no repercutirá en un mundo mejor. Es el siglo del yo, el del individualismo.
Algo que compromete nuestra propia existencia y se trata con semejante desparpajo y ambiguedad.
El tiempo nos pondrá en el justo lugar que nos corresponde: en un desierto desolador, y teniendo que ir a guerras por el agua y por comida.
No nos merecemos el oasis que nos ha dado la vida y que nos ha proporcionado aire, agua y comida en abundancia.
Cada uno va a lo suyo y piensa que con sus actos individuales no repercutirá en un mundo mejor. Es el siglo del yo, el del individualismo.