Rubén Amón nos habla de Pekín ya que en 2008 instalaron miles de cámaras para garantizar la seguridad durante las olimpiadas. Pero esas cámaras no han desaparecido, se han incrementado. La población de Pekín está totalmente vigilada. [
Transcripción en #1]
"[En Pekín] 300.000 mil cámaras vigilan, como los ojos del gigante Argos, el comportamiento de los vecinos. Se colocaron con ocasión de los JJOO de 2008 para garantizar la seguridad del acontecimiento, pero no se han desmantelado, al contrario, la cifra se ha multiplicado en Pekín y en las grandes ciudades sobrepasando con creces las ambiciones del Gran Hermano de Orwell y materializando, en clave megalómana, la vigilancia panóptica de la que hablaba Michel Foucault en alusión a las prisiones del futuro y a los estados totalitarios donde los ciudadanos son observados sin éstos nunca saberlos.
Ya conocemos las restricciones en materia de libertad que el capitalcomunismo chino impone a sus súbditos, pero no estaba tan claro que las cámaras de espionaje y de coacción se hubieran instalado con la cooperación de las multinacionales occidentales. De nada, por tanto, servía denunciar la salvaje represión de Tian’anmen si luego la policía china detenía a los sujetos subversivos gracias a nuestras cámaras. O a las cámaras de la compañía americana Bain Capital, entre cuyos fundadores aparece la familia del candidato republicano Mitt Romney y que aún permanece en ella con el alivio legal de un fideicomiso ciego, o sea, una fórmula temporal que permite ceder la administración del patrimonio a un tercero mientras se desempeña un cargo publico.
Es así como Bain Capital, de la familia Romney, desarrolla actualmente el programa “Ciudades seguras” del Estado chino, que se antoja una manera eufemística de aludir al sistema de control [] merced al cual la tecnología, en todas sus manifestaciones, se convierte en un sistema de represión invisible, sin limitaciones en la vida privada y sin presiones internacionales. Al contrario, Yahoo entregó al Estado [chino] en 2007 a un periodista que se extralimitaba en sus emails, un escarmiento ejemplar del que se desprende que la bestia china vigila y acecha con los ojos occidentales, que son nuestras cámaras."