No quiero sonreír

De la cama me levanto dubitativo e inseguro. Mis compañeros de celda dando voces e irradiando felicidad (a veces forzada), y yo dudo salir del cuarto y fingir que el mundo no está en llamas.

No va bien, nada fluye, nada gira; todo se estanca. Hablando en plata, me cansé de sonreír e intentar demostrar positividad. A veces pienso el gasto de energía que uno gasta por parecer y no sentirlo de verdad. Y te das cuenta que no hay más verdad que una mentira.

Es violencia contra sí mismo. ¿Es que no lo veís? A las mujeres se le han enseñado a ser jarrones de porcelana con una expresión finísima que roza la prostitución. Be a furniture.

Ya basta. Aunque te marginen, aunque te miren con desdén. No hay mayor respeto que hacia uno mismo. No sonrías, es falso. Expresa lo que sientes por dentro. Y si estás mal, no te fuerces socialmente.