Una cosa es insultar, y otra bien distinta, definir a alguien. Tal es la conclusión que podría deducirse de una sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Murcia, que ha dejado sentado que una mujer que llamó «borracho» a su esposo no cometió falta alguna, al encontrarse este realmente ebrio.
|
etiquetas: sentencia , borracho , insulto
Valga la redundancia
- ¡Borracho, sinvergüenza! ¿Qué horas son estas de llegar, a las 4 de la mañana?
- ¡Tse, tse, tseeee! Tranguiiila, que sólo vengo a por la guitarra.