Los siniestros ocurren días después del descubrimiento de 1.000 tumbas sin identificar en el emplazamiento de un antiguo internado de la Iglesia católica en Marieval (oeste).
Fueron torturados y asesinados hace 31 años menos que aquí solo abusan sexualmente de ellos y los roban las monjas para dárselos a otros padres o a saber.