El Obispado de Málaga ha optado por adaptarse a los nuevos tiempos y renovar los tradicionales canales de transmisión del Evangelio con la puesta en marcha de la primera televisión católica por Internet, Diocesis tv, cuyas emisiones comenzarán a partir del 24 de enero.
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No voy a enseñarle yo a un Obispado cómo hacer llegar el mensaje del evangelio, pero qué quieren que les diga, con toda mi buena voluntad suelen aburrirme muchísimo las revisiones manidas de temas que ya conozco, y las declaraciones políticamente correctas que no ofenden a nadie.
Echo en falta buenos debates teológicos, discusiones o entrevistas con gente de otros credos (protestantes, baptistas, musulmanes, budistas...) con el afán de hacer entender nuestras diferencias desde el respeto mútuo, o monográficos sobre apologética, que creo que mucha gente creyente lo puede usar para afianzar su fe sin complejos, y a los no creyentes puede resultarles interesante escuchar los argumentos con los que los creyentes rebatimos las acusaciones o las dudas de los no-cristianos.
Resumiendo, el mensaje de Cristo es revolucionario ( y no se me pongan en pie adoradores de Guevara, que la liamos ). "He venido para prender fuego al mundo, para levantar a padres contra hijos, a hermanos contra hermanos". Desde la paz y el respeto, pero con firmeza y siendo claro, creo que mucha gente se daría cuenta de lo bonito que es el mensaje. Las iglesias suelen ser sitios oscuros, llenos de velas, con una figura humana que se muestra enloquecida de dolor, sangre, agujas... El mensaje es precioso, y es optimista. Me fastidia que muchos niños ( como cuando yo lo era) tengan una visión de Cristo como un señor desgarrado por el dolor, sangrando, llorando, y sus seguidores siendo martirizados, cuando eso no es lo que Cristo nos enseñó. No nos enseñó el dolor sino la libertad.
Pero bueno, perdonadme si me pongo flojete, pero lo que quiero decir es que me gustaría ver menos programas enfocados a las señoras mayores con gente hablando con manos cruzadas en el regazo, y más programas donde la gente hablase claramente y por ejemplo se enfrentase respetuosamente en un debate. No sé, serán cosas mías, pero creo que no es nada favorecedora la imágen que tienen muchos chavales de mi edad (25 añetes) de la iglesia como un sitio rancio y de niños pijos flojos y asustadizos. Creo que hay tipos distintos, y lo que sí sé es que cabemos todos los que queramos entrar.
Abrazotes.
Un abrazo para todos.