El enfrentamiento que Miguel de Unamuno y el general Millán Astray tuvieron en el paraninfo de la Universidad de Salamanca el 12 de octubre de 1936 ha pasado a la historia. Aquel "Venceréis pero no convenceréis", con el que el filósofo desafió al mismísimo novio de la muerte ha generado mucha literatura e incluso películas. Está en la escena principal de Mientras dure la guerra, el famoso film que Alejandro Amenabar estrenó en 2019.
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Muera la inteligencia
viva el rey
¡Salud y república!
Dicho delito, por cierto, fue abolido hace años, después de décadas sin utilizarse. Aquí sigue en nuestro código penal y bien a la orden del día.
Lo del enlace ni sé a cuento de qué lo pones. Supongo que cuando te das cuenta de que habías escrito una tontería empiezas a desviar el tema.
“Sí, ya sé que uno de esos caudillos de la que llaman la revolución social ha dicho que la religión es el opio del pueblo. Opio... Opio... Opio, sí. Démosle opio, y que duerma y que sueñe.”
Vamos a ver. La escena de la película de Amenabar tiene muy poco rigor y el mito del "venceréis pero no convenceréis" está desmontado, por mucho que quieran mantenerlo en el imaginario colectivo como algo que paso realmente.
Todos los errores históricos y libertades artísticas del astuto Amenabar:
www.abc.es/historia/abci-17-errores-historicos-mientras-dure-guerra-pe
www.elconfidencial.com/cultura/cine/2019-10-01/franco-unamuno-amenabar
Amenábar no cae en el tópico y evita recrear la frase más célebre del filósofo bilbaíno, «venceréis pero no convenceréis», que ha trascendido debido al adornado escrito del profesor auxiliar Luis Portillo para la revista Horizon, una versión del discurso repleta de libertades por parte de alguien que, en realidad, ni siquiera se encontraba en Salamanca el Día de la Raza de 1936. Dos décadas después, Hugh Thomas, en su libro «The Spanish Civil War», recogió la versión llena de inexactitudes de Portillo y la convirtió en el mito que es hoy en día.
...durante la soflama que el por entonces rector de la Universidad de Salamanca da en el paraninfo frente a un palco de sublevados y, entre otros, Millán Astray, nunca se pronunció el mítico «venceréis pero no convenceréis», no al menos literalmente, sino «vencer no es convencer», tal y como descubrió el historiador Severiano Delgado Cruz, bibliotecario de la institución salmantina. Donde sí yerra el director es en otras consignas del discurso, ya que el pensador vasco no se refirió a la universidad como «el templo de la inteligencia», su «templo», tal y como ha trascendido de la investigación del archivero.
Según el matrimonio Rabaté, el intelectual escribió 40 palabras en el reverso de una carta que tenía en el bolsillo, entre ellas las siguientes: «Vencer y convencer, odio y compasión, odio inteligencia, lucha unidad catalanes y vascos, cóncavo y convexo, independencia, Rizal y los nombres de los cuatro oradores». No todas estas ideas están presentes en el discurso que improvisa Unamuno en la película.
... y aquí está el señor Obispo, que le guste o no es catalán, y que bien pudiera enseñar a algunos un poco de doctrina cristiana que al parecer desconocéis.
Yo por mi parte, que soy vasco, no tengo ningún inconveniete en seguiros enseñando el castellano, que también desconocéis.
Repito para dejarlo claro, la peli en cuestión es una aberración histórica.
Si Unamuno levantara la cabeza...