Lo cojonudo es que la situación, que parece sacada de una palícula de Berlanga, fue real, pero en vez de referise al pa amb tumaca se refería a la lengua catalana.
#7 En este caso disiento. En Madrid se hace a la andaluza, rallando el tomate y soltando en consecuencia todo el agua, porque sorprendentemente y pese a nuestra Superpresidenta, casi no se ven tomates de penjar, salvo que vayas a alguna frutería pija (y no tienen por qué ser de Cataluña y por tanto anatema para nuestra lideresa, también los hay mallorquines)
Como el marisco
PS: Una pena que el pan no lleve sal