Lo curioso es que, sabiendo que se va a repetir, se sigue manteniendo la ciudad, costruyendo y creciendo. Podían ir desmantelándola poco a poco y empezar a construir una ciudad cercana no tan expuesta a un gran terremoto.
#5 recuerdo en mi primer día en la escuela nos avisaron del peligro de terremotos y nos avisaron de tener una bolsa a mano con las pertenencias más necesarias y los objetos que quisiéramos conservar, después nos dieron un cursillo de como actuar en caso vde terremoto.
Dicho lo cual, desmantelar el viejo sanfran? No creo que haya dinero suficiente en el mundo para costearlo.
#5 Te sorprenderás cuantas ciudades están al lado de un volcán. O en las curvas de un río (llega una riada y adiós). O cerca de una costa azotada por huracanes. O ciudades que son corredores de tornados. O hasta una central nuclear en una costa con alto riesgo de tsunami. El ser humano no es una especie que tropiece con la misma piedra, es una especie que se cae varias veces y queda desfigurado con la misma piedra.
#15#5#13 Hablando de los fenómenos geográficos, aquí hay un artículo sobre el "terremoto bumerán" y menciona que su estudio podría ser interesante para analizar el comportamiento de la Falla de San Andrés: www.bbc.com/mundo/noticias-53744738
Esto implicaría una mejora en los pronósticos del impacto de los mismos si ocurrieran en tierra, pero claro, siendo tan fuertes como se describen, la destrucción es inevitable. Los planes de evacuación podrían optimizarse, pero todavía queda mucho recorrido en las investigaciones de este tipo de seísmos, porque el primer registro oficial de los "terremotos bumerán" fue en 2016.
Mercadillo o rastro.
Dicho lo cual, desmantelar el viejo sanfran? No creo que haya dinero suficiente en el mundo para costearlo.
Es un merdado normal, solo que venden pulgas
Esto implicaría una mejora en los pronósticos del impacto de los mismos si ocurrieran en tierra, pero claro, siendo tan fuertes como se describen, la destrucción es inevitable. Los planes de evacuación podrían optimizarse, pero todavía queda mucho recorrido en las investigaciones de este tipo de seísmos, porque el primer registro oficial de los "terremotos bumerán" fue en 2016.