Como un niño sorprendido en plena travesura debió quedarse R. J. Ellory cuando le pillaron «con el carrito del helado» autoponiéndose por las nubes y autocalificándose sin pudor con el máximo de cinco estrellitas en la web de Amazon. El escritor, que de novato no tiene nada (es uno de los autores de novela negra más leídos de Gran Bretaña), publicó comentarios elogiosos de sus propias obras, firmados con seudónimos tan sospechosos como «Nicomedus Jones» o «Jelly Bean», y calificándolas de «magníficas» y «geniales».
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Por otro lado, sospecho que su acción (y la contraria, poner a caer de un burro los trabajos de otros autores) es más común de lo que se piensa. ¿Quien no ha sucumbido a la tentación de clicar en el "me gusta" de un comentario que recién acaba de poner en Facebook?
#5 Pero de ahí a usar otras personalidades fantasmas para alabar su obra hay un trecho. Es spam con clones, penalizable aunque sea con el escarnio público.