Hace algunos años Shoshana Greenberg se plantó frente a un edificio en Lodz, Polonia, que en su momento perteneció a su familia. Las lágrimas le recorrían la cara y en las manos sujetaba una vieja fotografía. Greenberg, que ahora tiene 74 años y vive en Tel Aviv, estaba intentando reclamar la propiedad perdida durante el holocausto. Su padre era la cabeza de una conocida familia judía adinerada de Lodz dueña de edificios industriales, residencias y casas de vacaciones.
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"Este no es un debate histórico sobre la responsabilidad por el holocausto, sino una deuda moral que Polonia tiene con quienes fueron sus ciudadanos y cuyas propiedades fueron saqueadas durante el holocausto y bajo el régimen comunista", ha dicho el Ministerio de Exteriores de Israel.
Hipocresía hacia los palestinos que colonizan y hipocresía hacia los comunistas que les liberaron del puto infierno.
Porque las deudas morales se pagan con reparaciones morales, ¿no?
Por cierto: si tiene 74 años nació en 1947...
- No todos los ciudadanos israelís están de acuerdo con su gobierno, ni todas las tierras fueron tomadas por la fuerza. Ya había muchos judíos en Palestina durante el tiempo de la ocupación británica; y muchas otras tierras se compraron. Puede que sí, que ella haya sido "colaboracionista", pero no lo sabemos.
- Los comunistas los libraron de una y los metieron en otra; sin contar con la persecución política y el robo de propiedades que se dio con ellos, tampoco hay que olvidar que el antisemitismo ha sido común en esas tierras, también durante la época comunista.
Se podría legislar que las reparaciones tengan un cierto límite, o que estén limitadas a dinero cuando las propiedades tengan un uso estatal; se podrían intentar buscar fórmulas para que el trato sea "aceptable"... pero eliminar la posibilidad de cuajo es literalmente un robo, máxime cuando muchos de esos ciudadanos no han podido ni disfrutar los servicios del estado polaco, por estar viviendo en otro sitio.
El “equidistante” que pone al mismo nivel los seis millones de polacos muertos por el nazismo con la matanza de Katyn.
Reclama las propiedades de su padre.
De todos modos los polacos ya eran antisemitas antes y durante la guerra. De hecho al terminar ésta, algunos judíos intentaron volver a sus casas y sus antiguos vecinos se los cargaron o les echaron con violencia.
Menos mal que les fusilaron.
La cuestión es saber cuántos años atrás puedes preguntar.