La polémica envuelve la puesta en libertad de un presunto homicida. El asesino confeso de Juanjo, el joven que murió cosido a puñaladas (recibió 29 cuchilladas) en el Barrio del Pilar el 27 de noviembre de 2008, ha sido puesto en libertad tras pasar tres meses en prisión preventiva.
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La cuestión es que ha confesado el crimen. Si esa confesión es legal y lícita (sin haberse producido por presiones) no estoy yo tan seguro de que deba estar libre.
Y es que la prisión preventiva no tiene la finalidad de castigar nada (pues nada se debe castigar hasta que no se pruebe en un juicio) sino prevenir otros males: la huida del acusado, la alarma de la sociedad, que se repita el delito... Si el juez entiende que no hay peligro de ello (él sabrá, yo no), no puede ni debe acordar otra cosa.
Distinto sería que el señalamiento del jucio se dictara para dentro de 3 o 4 años (eso sí sería noticia), cosa que no ha ocurrido aunque se insiinúe en ella.