Parece que ocupar un puesto en una universidad, en una Consejería de Educación o en el mismísimo Ministerio de Educación otorga la libertad de promover lo que uno quiera independientemente del rigor científico. ¿Quiénes son los principales perjudicados por todo esto? En este caso, el alumnado con necesidades educativas especiales y de apoyo educativo, cuyos problemas serán “tratados” con métodos ineficaces
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etiquetas: pseudociencias , educación , escepticismo
(Por cierto, lógicamente me negué en redondo, al dia siguiente el perro estaba perfectamente, si hubiera tragado estará diciendo eso de "pues a mi me funciona")
Si a eso además la pasta que se mueve con esa estafa, es el negocio redondo.
¿Y quién vigila al que vigila a los que nos forman?
¿Y quién vigila al que vigila al que vigila a los que nos forman?
¿Y quién vigila al que vigila al que vigila al que vigila a los que nos forman?
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La verdad de este asunto, me temo, es que los educadores, especialmente los de infantil y primara, son un colectivo que ha atraído a la franja más idiota (en el sentido clínico) de la sociedad. Carreras como magisterio son el lupanar en el que todo el que carece del más mínimo intelecto (o interés por la sociedad) puede refocilarse, lograr un título universitario, y acceder a un puesto blindado por oposición enfrentándose a otros de su baja categoría intelectual. Y, aunque la vocación podría atraer a algunas personas en esa dirección, estos casos son la excepción a la regla, e incluso sucede que, de tan poco prestigio que tienen estos estudios, personas con interés por la enseñanza acaban yéndose a otro sitio. En última instancia, el problema se traduce en que tenemos a nuestros hijos, en las primeras (y muy importantes) etapas de su enseñanza, en manos de una panda de imbéciles (de nuevo, en el sentido clínico) que se creen cualquier gilipollez y que educan a los niños en base a mitos y creencias absurdas. Y que por supuesto carecen del conocimiento necesario para guiar a aquellos niños que, teniendo mayor curiosidad o talento que el resto, podrían llegar mucho más lejos de lo que el sistema permite.
Considerando esto, tampoco es de extrañar que a medida que se escala hacia arriba en la cadena de mando se vea la misma ignorancia y estupidez (aunque los mecanismos de acceso a los puestos "de mando" sean otros).
Lo mismo podías mencionar algún estudio, dato objetivo, como las condiciones de trabajo, el estrés, las bajas por depresión, tener que lidiar con padres gilipollas de niños a semejanza....
Citar un estudio... no creo que nadie haya conducido un estudio sobre "la idiotez entre el profesorado de primaria". Resultaría algo polémico de conducir y publicar. Aunque sí que hay algunos exámenes de nivel que se han hecho a profesores y que han causado cierto revuelo. Aquí tienes una noticia en esa dirección, aunque no es exactamente a lo que me refiero (no logro encontrar la noticia):
elpais.com/sociedad/2013/03/13/actualidad/1363202478_209351.html
Fuera de esto, voy a hacer algo muy acientífico, que es referirme a mi entorno. Conozco a varias personas que estudiaron conmigo y que acabaron en magisterio, y sucede que estas no eran, precisamente, las más brillantes de la clase. Y puedo decirte que, de las que sí lo eran, ninguna terminó allí. Mi percepción sobre la inteligencia de estas personas es subjetiva (aunque concordaba con su rendimiento académico, lo que tampoco es necesariamente un medidor muy objetivo). Conozco casos suficientes como para dividir en dos grupos y separarlos de forma significativa con algún método estadístico no paramétrico (tampoco sería un estudio muy bien conducido, dado que, como digo, se basa en mi experiencia, y yo vivo en un entorno social muy concreto).
El problema de este asunto es que nadie mira a los educadores. Conozco personas con mucho interés por la educación, vinculadas con la misma, y que se toman mucho tiempo en aprender técnicas nuevas, tratar de entender los problemas, y buscar soluciones. Pero, al final, los niños están en manos de unos completos ignorantes que les cuentan cualquier gilipollez. Al menos en muchos casos, es evidente que no en todos será así.
elpais.com/sociedad/2013/03/13/actualidad/1363202478_209351.html
¿Que Dios detrás de Dios la trama empieza?
Creo que es evidente lo que trato de ilustrar, y no es tan difícil de percibir. Un 86% de suspensos en un examen, realizado por adultos, cuyos contenidos tienen nivel de primaria, tiene que ser indicador de algo. No es un estudio sociológico, desde luego, pero como observación, vale la pena tenerla en cuenta. De hecho, lo primero que uno hace al plantear un estudio con el objetivo de probar una hipótesis es observar y convencerse de que esa hipótesis tiene una probabilidad razonable de ser cierta.
En secundaria el nivel intelectual es superior, no así el ético. Y luego está la enseñanza universitaria, que daría para escribir un libro. Al final, burócratas de cargo vitalicio que tienen por objetivo su propia comodidad, haciendo de su puesto de trabajo su taifa.
Por otro lado, no es necesario saberte de memoria todo el temario para ser un buen profesor, y no, un 86% de suspensos en un examen cuyos contenidos tienen el nivel de primaria no es indicativo de nada, porque nadie se acuerda de practicamente nada de lo que estudió en primaria. Serías tu capaz de decirme por cuales provincias pasa el Ebro o el Guadalquivir? porque yo no tengo ni idea, la verdad.
Por otro lado, la gente que hizo el examen eran ASPIRANTES a maestros, no maestros, y para acabar, sinceramente, no me fio de nada de lo que diga el Pais en su campaña para desprestigiar a la sanidad y educación públicas, sinceramente...
A tu segundo párrafo, mi enfoque desde el principio ha sido señalar que el nivel intelectual de las personas que se presentan a profesor (de primaria) es muy bajo. Ese examen puede no medir habilidades que también son necesarias para dar clase, pero sin duda es un indicador de capacidad intelectual, que es a lo que venía todo este debate. Un examen con un nivel bastante bajo, y con un índice de fracaso elevadísimo. Si tú no quieres ver nada en ese indicador, pues qué puedo hacer yo.
Respecto a lo último, los aspirantes a maestro son los que acaban llegando a maestro. Y no siempre tienen que aprobar el examen, ya que habiendo suspendido se entra igual en las listas de espera de interinos.
Y El Pais no será el periódico más fiable del mundo (yo no lo leo en absoluto), pero dudo que se hayan inventado el dato. Sus intenciones para nada afectan a este debate.
Creo que la solución pasaría obviamente por elevar los criterios de admisión y mejorar los contenidos de magisterio, pero para ello habría que aumentar el atractivo del puesto, dotándolo de mejores salarios, condiciones y sobre todo de un respeto por parte de la sociedad, ya que realmente se encargan de una labor crucial para todos.
Y Ferrer me parece muy bueno en según que cosas (en otras me aburre).
Es más, con la comba que se le da a Naukas tendrían que medir ciertas cosas que dicen, porque solo con nombrarlas (ya si meten la gamba como aquí en ciertos aspectos ni hablamos) parece que las están señalando para parte de la población.