Estos días recordé uno de esos momentos que regala de vez en cuando la serie The Office en el que, entre broma y broma, encuentras de forma inesperada una reflexión y una escena entrañable. En ella, Andy Bernard, se lamenta de que miramos la felicidad con nostalgia, como si siempre tuviésemos la sensación de “haber sido felices” en pasado y no de estar siendo felices, en presente. “I wish there was a way to know you are in the good old days before you have actually left them” dice mirando a cámara.
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Yo si veo los momentos de felicidad, pero los veo como lo que son: leve felicidad. En el futuro los recordaré y sabré que disfruté de una leve felicidad, y sé que el resto de mis amigos y conocidos los recordarán como enorme felicidad. El ver las cosas tan poco "extremadamente felices" me hace sentir triste.
Mis momentos "Fausto":
- Cuando las has pasado putas y estás haciendo algo que pensabas no volverías a hacer
- Cuando después de años de luchar por algo al fin lo consigues
- Cuando sucede algo que te abre nuevas e interesantes expectativas de futuro.
Y siempre siempre, el estar con buena compañía, amigos, hijos o pareja.
“La felicidad se mide en pollos de farlopa vacíos encima de la mesa”
“La felicidad se mide en porros apagados encima de la mesa”.
etc
Las drogas no son la felicidad, por mucho que nos queramos engañar. Las drogas drogas son.
Desde entonces han pasado cosas buenas y horribles. También ha pasado alguna cosa maravillosa. Las buenas, aún sumando las maravillosas, nunca podrán compensar a las cosas horribles, pero eso no hace que dejen de valer la pena. Intento centrarme en el ahora y pensar "ahora mismo, en este momento, soy feliz. Tengo todo lo que quiero, tengo todo lo que necesito, y soy feliz. Quizá mañana no lo sea, quizá mañana pase algo espantoso. Pero el mañana tendrá que cuidarse solo". Ahora mismo, todos los míos están bien, he acabado un nuevo relato erótico, hace un tiempo fabuloso (adoro la lluvia), todo está oscurito como a mí me gusta, tengo un té caliente, mi lista musical de terror y voy a estrenar un libro de "Narraciones Terroríficas", mientras quemo incienso perfumado de canela. Ahora mismo, soy feliz.
Uno siente que es feliz, se relaja, comprende y se sonríe; no se trae nada de vuelta,ni una formula ,ni una frase, ni siquiera la certeza de la autenticidad de ese momento. No sé si la felicidad "global" se puede medir por momentos así, imagino que la realidad es que nuestra vida no es mas que nuestra propia narración. Si no existe la felicidad, tampoco existe lo contrario: la tristeza y la depresión son nuestro montaje mental, aderezado con nuestros neurotransmisores.
Eres feliz, ahora? Felicidades; nada dura, nada es tan importante. Relájate y mira alrededor.
Hace un par de meses alguien puso un comentario en un artículo por estos lares en el que recomendaba un libro. Me pareció curioso y me dio por leerlo, y curiosamente, en su bibliografía hablaba bien de otro libro que me encantó, que a su vez referenciaba otro libro... y acabé leyéndome El sutil arte de que (casi todo) te importe una mierda, de Mark Manson. De ahí, he acabado "rebotando" a otro libro de su bibliografía y ahora me estoy leyendo La negación de la muerte, de Ernest Becker, premio Pulitzer de un hombre que escribe sobre la psicología del miedo a la muerte mientras se apaga día a día debido a un cáncer terminal.
¿Por qué comento todo esto en este envío? Porque el libro de Manson me pareció realmente catártico, especialmente cuando se ha pasado por un momento duro recientemente, y establece un punto de vista que me encantó: es el sufrimiento lo que origina la felicidad y no la alegría, y es el proceso de salvar los escollos del camino lo que realmente hace que la vida merezca la pena.
Ahí queda mi recomendación
Por un lado, te quedas jodido porque, a medida que lo lees, te va desmontando una por una todas las mentiras (defensas) que nos contamos a nosotros mismos para tirar para adelante, aparentar normalidad y dejarnos llevar por la corriente del mundo; por otro, analiza en profundidad qué significado puede tener realmente la libertad humana cuando su destino inapelable es desaparecer completamente (por lo que, según el autor, un cierto grado de neurosis siempre es necesario -salvo en el caso de unos pocos héroes elegidos- para poder vivir sin caer en la desesperación más absoluta).
Exactamente es lo que pienso: la sensación de felicidad la tenemos siempre por contraste con su ausencia.
Change my mind.
Gengis Khan
Ejemplo:
A Fulanito le preocupa no poder comer porque no tiene trabajo ni comida en casa ni dinero para comprarla. Encuentra un trabajo: siente felicidad por quitarse ese agobio.
Menganito tiene trabajo, comida y dinero para comprar. Nunca ha estado en paro. No sólo no siente la misma felicidad que fulanito sino que incluso la rutina diaria le aburre. Nunca ha sentido el agobio de no tener dinero, comida ni trabajo, pero tampoco la felicidad que da el quitarte ese sentimiento de agobio.