Amigos, la revolución ha llegado al mundo de la ropa interior y de baño masculina, hasta ahora anclada en los boxers y los slips más anodinos. Y, a juzgar por lo visto, mejor hubiera sido que siguiera así. Sirva esto como advertencia de que nos encontramos ante un escabroso periplo de dos rombos por los bajos fondos de la ropa interior masculina más escalofriante. Almas sensibles, absténganse. Cuando el Coronel Kurtz exclamó: “The horror”, es muy probable que fuera por haber atisbado alguna de estas prendas ignominiosas en su último aliento.
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