Llegan las navidades y con ella los petardos, esos grandes enemigos de los perros y de las familias que tienen animales en casa. Muchos de ellos lo pasan fatal y sufren ansiedad, miedo descontrolado, taquicardia e, incluso, pueden llegar a morir de un infarto por culpa del ruido. Sin ir más lejos, hace unos días conocíamos que Magui, una bóxer, había muerto abrazada a su dueño a causa de un infarto producido por el ruido de varios petardos en Argentina
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etiquetas: animales , petardos
Por suerte mi perra no se asusta, se altera un poco y corre por todo el jardín, pero asustarse no.
Podría quedar hasta más aturdido.
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Aunque viendo los comentarios, casi es mejor ponerles algodón de farmacia...
Los perros son permeables al entorno. Una temporada que se quedó con mi madre, sí parecía ser sensible a tormentas porque ella le iba con cucamonas del tipo "¿Qué fue eso, chico? ¿Qué fue?", a lo que el perro reaccionaba.
Lo mismo que cuando pasé una temporada con mi abuela tras la muerte de mi abuelo y volvió hecho un macarra de barrio. Hasta que lo vuelves a meter en vereda, claro.
Pd: ponle acento a ese "mas", o la frase pierde el sentido.
Cagadas por las calles, meadas por las fachadas, uso de parques de niños para sotar al perro, y por supuesto, el bozal ese gran desconocido.
Los perros gustan a quien los tiene. Y a mi me gustaría tener perro, y me gustan los petardos.
Pedir a los demás que recorten sus libertades por el capricho de tener mascota es egoísta.
Si quieres mascota y silencio, hay miles de pueblos.