Tan rápido como Usain Bolt. Así es como puede salir disparado el semen: a 45 kilómetros por hora. Una velocidad nada desdeñable si la bala alcanza tejido blando como pueden ser los ojos, aunque sea en modo francotirador a dos metro de distancia. ¿Pero cómo funciona el mecanismo de la eyaculación?
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El caso del cipote de Archidona:
losmundosdebrana.com/2015/01/19/el-insolito-caso-del-cipote-de-archido
Hoy por hoy no se sabe a ciencia cierta cómo funciona el mecanismo fisiológico de la eyaculación, es muy complejo aislar las diferentes funciones debido a las interacciones del aparato reproductor con el excretor y el endocrino; y también es difícil de estudiar en conjunto estadísticamente incluso con voluntarios.
Se sabe que la próstata y el músculo pubococcígeo participan en la recarga de presurización del líquido preseminal en la confluencia con el semen procedente de los conductos deferentes, y que hay una participación compleja de la estimulación de esos músculos y los esfínteres en cada válvula por parte del sistema parasimpático, que es el que gestiona todo el aparato genitourinario.
Es una válvula de tres vías en la que confluyen muchos conductos: dos deferentes, uno seminal, una próstata que atraviesa el principal, un canal cístico y la uretra.
Parece más sencillo de lo que realmente es.
En resumen, que en presencia de un estímulo sexual por encima del umbral de excitación, hay una respuesta motora básica regida por el sistema límbico del cerebro (un reflejo motor, una reacción involuntaria del sistema nervioso que provoca la libido, digamos) combinada con una participación variable de la musculatura periférica (como lo es ese pubococcígeo) que sí se puede -y se debe- contraer rítmicamente a voluntad.