Joaquín Sabina ha perdido con la Agencia Tributaria. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha desestimado tres recursos de sociedades relacionadas con el cantante por distintas inspecciones de Hacienda. Sabina intentó desligarse de una de las empresas presentando un contrato firmado en Londres en 1992 pero el tribunal no lo ha considerado creíble. En 2014, el agente del cantante admitió que Hacienda le había requerido tres millones de euros pero que iba a pleitear.
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Si la sociedad es tuya al 100% o casi tuya está claro el fraude.
Para que una empresa te gestione los derechos quitándote dolores de cabeza ya están las sociedades de gestión de derechos de autor. Si lo que quieres es que además de perseguir a los infractores gestionen otros derechos, como los de imagen, etc... necesitas un manager o una sociedad que gestione esos derechos pero que sea profesional. Porque si posees la sociedad y al menos trabaja alguien en ella, pees vale, es una empresa con actividad, aunque posiblemente deban llevar a más de un artista para que sea rentable. Si solo lleva los tuyos es un chiringuito para que te ahorres dinero.
Lo peor no es que este caradura vaya dando lecciones de moral a los demás, sinó que haya mongolos que lo defienden.
Debemos de entender que la naturaleza humana es así. Bastantes son considerados de izquierdas con respecto a la derecha: Por ejemplo este tiene tres coches y yo solo uno, etc. Solo es una defensa de intereses. Perfectamente pueden estar en desacuerdo sobre inmigrantes, pobres, etc.
Incluso los gobiernos de izquierdas. Primero son ellos al límite de cuanto más mejor. Después entra su política.
Todos meten a la lotería, todos quieren tener un chalé, dos o tres mejor, etc. Esto no debe de ser un impedimento. Los mínimos deben de establecerse y con tendencia al bienestar independientemente de cómo sea la persona.
Lo de Sabina, lo del otro, el que defiende los derechos de autor, los que cambian las pastas a los libros para volver a comprarlos y el otro no me extraña.
Ahora, también hay que revisar que el fisco no sea confiscatorio para unos, y absolutamente laxo para otros. Yo pondría un límite absoluto en el 30-35%, que ya es una cantidad considerable. Si por la suma de todos los conceptos se supera esta cifra, que se quede como tope. Y también revisaría el concepto "ingresos - gastos = beneficio, sobre el que se aplica el impuesto", ya que infinidad de empresas se ahorran casi todo el impuesto debido a esta artimaña, imputando como gasto el pago a otra empresa externa que sólo existe para ahorrar impuestos ( Léase Google, Apple, y un larguísimo etc ). Que siga siendo así, pero con un mínimo del 8-10% ( o el porcentaje que sea razonable para cada sector ). Si tu margen está por debajo, se te cobra ese mínimo, y te jodes, porque si no estás provocando un dumping de libro, ya no sólo lo que dejas de pagar tú, sino lo que jodes a nivel de competitividad del resto.
Edito: Con esto último me refiero a que el fisco realice el cálculo del impuesto sobre una ganancia mínima del 10% sobre facturación. Si facturas 100 millones, te aplico un 30% sobre 10 millones, que es el margen mínimo que asumo para tu sector, si declaras que ganas menos, con lo cual de 100 millones de facturación, tienes que pagar a hacienda 3 millones, que es un 3% de la facturación.
Eso sí, si de tu sector calculo que el margen medio es el 40%, pagas 12 millones de cada 100 que factures. Y si no, vete a vender a Sumatra.
Es decir, si la empresa tiene empleados, paga salarios, etc...y claramente tiene una personalidad diferente del la propia persona que la usa podría ser suficiente. Es decir, aporta algún valor en la cadena siendo más que una herramienta de ahorro de impuestos. Puede que haya artistas polifacéticos que necesiten gestionar otros derechos más allá de los que gestionan las sociedades de gestión, como por ejemplo derechos de imagen en publicidad y promociones, de artículos o servicios de terceros, etc... o que incluyan más servicios como relaciones públicas, y promoción activa para buscar posibles giras a las que engancharse, festivales, o incluso colaboraciones en medios y promociones. Y podrían ser propiedad al 100% de un artista y gestionar sus asuntos.
Prueba con Google cuando termines con los Tele Tubbies