edición general
95 meneos
1295 clics
Este envío tiene varios votos negativos. Asegúrate antes de menear

El secuestro de un niño en 1874 que dio origen a la advertencia ‘No aceptes caramelos de un extraño’

Este tipo de avisos no surgió de la nada y tras su origen, que se remonta a casi un siglo y medio atrás, se encuentra la angustiosa historia del rapto de un pequeño niño en Filadelfia y que al mismo tiempo se convirtió en el primer secuestro con petición de rescate que se registró en los Estados Unidos. La historia tuvo lugar el 1 de julio de 1874, un caluroso día de verano en el que los hermanos Walter y Charley Ross (de 8 y 4 años de edad respectivamente) se encontraban jugando en el patio delantero de su casa.

| etiquetas: secuestro , caramelos , 1874
52 43 19 K 21 ocio
52 43 19 K 21 ocio
  1. Me encantan estas curiosidades. Me quedan grabadas y cuando las cuelo quedo de herudito.
  2. Pero los caramelos tienen droga o no? es para un amigo....
  3. #1 Espero que las cueles verbalmente, porque esa "herudición" da en los ojos :-D
  4. #3 bufffff :pagafantas:
  5. #1 No sé si lo de "herudito" va con ironía o no jajaja.
  6. #4 No pasa nada :hug:
  7. #5 No, no xD fue un patinazo digno de colleja ... ahí lo dejo para recibir todas las que se consideren oportunas, bien merecidas las tengo.
  8. #2 En Amsterdam sí, doy fe.
  9. Cuando era pequeño iba a un colegio que estaba al lado de una residencia de ancianos. A algunos de los abuelos les gustaba vernos jugar cuando estábamos en el recreo. Había una anciana que a duras penas caminaba que a veces se acercaba a la verja para hablar con nosotros. Yo solía jugar cerca de la verja y hablaba con ella. A veces me daba caramelos. Normalmente eran "respirol" (si mal no recuerdo) con fuerte sabor a menta, otras veces con regaliz, y cuando tocaba me daba caramelos recogidos en la cabalgata de reyes. Mis amigos huían de ella como la peste pero a mí me daba pena. Me preguntaba que a qué jugaba, que cómo me iban las clases, cosas así. Un día le pregunté que por qué me regalaba caramelos, y me dijo que "le recordaba a su hijo cuando era pequeño". A veces, después de marcharse, me metía un caramelo en la boca y los compañeros me miraban como si me hubiera metido una pastilla de cianuro en la boca.

    Recuerdo mucho a esta mujer porque ya de adulto me imagino la soledad que tendría que estar pasando. La primera vez que me dio caramelos se lo dije a mi madre, y por la descripción la reconoció del barrio. No me dijo nada salvo que no comiera los caramelos antes de comer, o que me comiera la merienda en vez de los caramelos. Entre los compañeros quedé como "el que comía caramelos de los desconocidos", diciéndoselo a la profesora (maestra nacional antigua, también entrada en años) que medio se reía, medio se hacía la preocupada.

    También de adulto caí en la cuenta de por qué ese rechazo que le tenían mis compañeros. No era tanto por ser una desconocida, sino por su aspecto de anciana ajada, pálida, vestida de negro, con un bolso viejo de piel negra arrugado. Y recordé la imagen de las brujas en las películas infantiles. A mí no me causaba ninguna impresión porque era una imagen muy similar a la de mi propia abuela, una persona que se derretía conmigo y que me ha dado más amor que mis propios padres.

    Creo sinceramente que el sentido común de los niños está infravalorado, y que la pantalla que les ponemos para protegerles de los peligros es tan radical y bruta que incluso les perjudica, en forma de deshumanización. Puede sonar a exageración, pero me dí cuenta de ello el día en que pasamos al instituto, y esos mismos compañeros que renegaban de la anciana le daban una patada al bastón de un señor mayor para hacerlo caer y reirse de él cuando salíamos por el barrio a jugar (13, 14 años). Dejé de salir por el barrio, sumado todo esto a un tipejo de veintipocos años que venía detrás de nosotros mientras mis colegas le "bailaban el agua" a cambio de alcohol y tabaco sin que pintara nada en el grupo.
  10. Esto de "el primer supuesto de" vende mucho pero me resulta poco creible que antes de 1874 no hubiera madres o abuelas diciendo a sus hijos/nieto "no aceptes nada de un desconocido". Tema diferente es que no se pueda documentar.
  11. #9 Lo de la patada al bastón me ha dejado con el culo torcido, con 13 años como se puede ser tan miserable.
  12. #11 Como te lo cuento. Y enfrentarse contra el anciano cabreado, un bicho de metro ochenta contra un pobre hombre de 80 años. Lo que se dice ahora de los millenials parece que destaca, pero la hijoputez es endémica indiferentemente de la época.
  13. #12 Pues a mi me deja helado. Yo de adolescente tenía dos grupos de amigos completamente diferentes los unos de los otros y jamás ninguno de los dos hicieron o hicimos nada ni de lejos parecido, aunque podiamos hacer capulladas porque los adolescentes suelen ser algo capullos, nunca le hicimos daño a nadie. Es más, cuando salen noticias de bulling y cosas de esas, pienso que en todo el BUP no vi nada de eso, quizás fuera una excepción, pero donde yo estudiaba no había nada de eso y ahora se me ponen los pelos (los que me quedan) de punta cuando leo cosas así.
  14. Antiguamente seria pan, habichuelas, cabras.......
  15. #2 Yo no dudaría en achacar buena parte de la culpa de la epidemia de diabetes que vive España a que los caramelos NO llevan droga ¬¬

    Pobrecillos los muchachos, comiendo caramelos a puñaos al salir de clase y siempre les toca el de "sigue buscando" :foreveralone:

    El que inventó esa leyenda urbana no tiene corazón.
  16. La oportunidad de conseguir suministros gratis de caramelos de por vida, vale la pena el riesgo :-P  media
  17. #1 Nos vemos en la cena de Navidad cuñado.
  18. #8 "Hamsterdam"
  19. #21 Condenado hasta el fin de los días.....
comentarios cerrados

menéame