El 10 de mayo es una fecha simbólica para Alemania. Aquel día, pero en 1933, ocurrió un evento histórico en el marco de la Segunda Guerra Mundial, el cual es recordado con tristeza nueve décadas después. Los libros fueron quemados a nivel nacional en 12 ciudades aunque el epicentro fue en la Plaza de la Ópera de Berlín. El evento fue llamado ‘Acción contra el espíritu antialemán’.En total, se quemaron más de 25.000 ejemplares.
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universoescrito.com/quema-de-libros-durante-la-guerra-civil-espanola-y
www.rtve.es/play/videos/documaster/palabras-fin-mundo-unamuno/5942546/
Adjunto una imagen de la quema de libros en A Coruña extraída del documental, donde se muestran algunas más, de Madrid, Toledo, Barcelona, Tolosa,... algunas incluso con banderas nazis...
Con la inmensa distancia que separa una cosa de la otra.
es.wikipedia.org/wiki/Quema_de_libros
En el siglo XX los nazis quemaban libros.
En el siglo XXI no son tan bárbaros. Ahora los reciclan, protegiendo el medioambiente.
En el sótano de la librería Syayvo en Kiev, centenares de libros que van desde los clásicos de la literatura rusa, las novelas de detectives traducidas al ruso o los libros de texto, se amontonan para luego ser destruidos.
Según la librería, ya llevan alrededor de 150.000 volúmenes, desde julio del año pasado.
t.me/vakulinchuk/4681
Saben que de aceptar esas donaciones acabarán en un centro de reciclado, que también les genera retorno pero no suele cubrir el transporte, así que indican al usuario que lo lleve él mismo.
De todos modos estamos hablando de lo que tristemente cualquiera llamaría basura y que nadie cogería aunque lo encontrara en un container. Libros con 30 o 40 años tipo austral, libros en lengua no castellana, cómics en grapa, tapas blandas de gasolinera y un sin fin más de "bosta" lo suelen aceptar y lo consiguen colocar. No ya en sus tiendas de cara al público (que solo llega lo "mejor") sino en almacenes a la espera de colocarlos al por mayor a libreros de segunda mano, etc.
De esta última parte sé menos en detalle y, cómo ya he dicho, solo hablo de lo que conozco. Hasta qué punto es extrapolable al resto de España no lo sé pero sí sé que los libros viejos, incluso al peso, es algo de lo que se puede sacar beneficio y se hace, dejando a un lado la idea romántica de darles una segunda vida (de lo que también hay parte).
No digo que sea tu caso, solo que es un nicho de negocio que se aprovecha.
De todos modos el ritmo de impresión y destrucción de libros, empezando por las propias editoriales, es un tema que da para un artículo aparte.
Repetía los mismos bulos