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Ser generoso atrae felicidad y modifica la actividad neuronal

La mera decisión de realizar un acto de generosidad activa la zona altruista en el cerebro y refuerza la comunicación con la zona cerebral de la felicidad, ha descubierto un estudio. Eso significa que la generosidad provoca felicidad y que este efecto se desarrolla en el cerebro incluso antes de realizar el acto de generosidad. El descubrimiento cuestiona el pensamiento dominante en economía.

| etiquetas: ser , generoso , felicidad , modifica , actividad , neuronal
  1. Rajoy es un hombre profundamente infeliz es más agarrao que un clavo, pasta Gurtel, Registro de Santa Pola en sustituto permanente, Y lo dijo en una frase célebre "una cosa es la solidaridad y otra la solidaridad a cambio de nada". Es un Séneca pero gallego y no cordobés.
  2. Y algun que otro desengaño también' :-|
  3. #1 Luego me daré de latigazos por defender a Rajoy, pero lo cierto es que esa frase hay que entenderla dentro de su contexto. Hablaba de que todos los países querían ayudar a Grecia, pero pidiéndole medidas a cambio. Sin entrar en lo afortunado de la frase dentro del caso, puedes ser solidario a cambio de nada, y puedes ser solidario exigiendo a cambio cierto comportamiento.

    Por poner un ejemplo, nuestro sistema de becas funciona así. Se es solidario contigo y se te dan medios para que estudies, pero a cambio de que apruebes los cursos.
  4. Por eso los ricos son felices, por su generosidad.
  5. #3 ¡Empieza! :popcorn:  media
  6. Si lo dice un estudio es que es cierto.
  7. #3 Vaya ejemplo que has puesto con lo de las becas. Es muy injusto que los más desfavorecidos por su entorno socio-económico, por ejemplo porque tienen que trabajar para vivir mientras estudian, se les niege la beca por no aprobar esos mínimos que establece el estado.
    El sistema de becas en España es muy injusto y nada flexible, supongo que para que se acoja menos gente y salga baratito.
  8. #7 Yo, como muy desfavorecido económicamente, tuve beca completa: matrícula, libros, y residencia. No daba para vivir solo, pero sí para hacerlo holgadamente compartiendo piso. Tan holgadamente que mis padres no me dieron nunca dinero, y terminé la carrera con algunos ahorros.
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